Miles de yazidíes celebraron ayer su Año Nuevo en un templo del norte de Irak, en la mayor reunión de esta minoría desde que los yihadistas la convirtieron en blanco de ataques. Los fieles comenzaron sus festividades el martes pasado por la noche en Lalish, a unos 50 kilómetros al norte de Mosul. Vestían sus trajes tradicionales y sujetaban velas y candiles, en un evento con el que conmemoran la creación del universo por los ángeles y festejan la naturaleza y la fertilidad.

Pero este año el ambiente era sombrío entre los yazidíes, ya que muchos sufrieron la violencia del grupo Estado Islámico (EI) a partir del 2014, cuando se apoderó de amplias zonas de Irak, incluida la región de Sinjar, de la que son originarios la mayoría de los miembros.

“No estoy feliz. Esto no es como antes porque hay gente que sigue en manos de Dáesh (acrónimo en árabe del EI)”, dice Zoan Msaid, una mujer de Sinjar que vive ahora en un campo de desplazados. “No podemos olvidar nuestras costumbres y tradiciones, pero solo quiero que regresen los que siguen detenidos, eso es todo”.

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Los yazidíes son una minoría de habla kurda que practica una religión monoteísta con elementos tomados del cristianismo y del islam. (I)