La fuerza de la lluvia arrasó con lo que estaba al paso en varias poblaciones de Manabí. Ni las tumbas se salvaron de ser afectadas por la potencia de la naturaleza. Y ese fue el caso de dos tumbas que colapsaron tras el fuerte aguacero caído la madrugada del miércoles en el cementerio de Montecristi.

Las bóvedas contenían los restos de Eloísa Ela Delgado Mero, fallecida el 19 de mayo de 1999 y Guillermo Eulogio Véliz Arcentales, quien murió el 10 de junio de 1980.

George Paredes, director del departamento de higiene y salubridad del Municipio de Montecristi, indicó que las osamentas de las dos personas fueron derivadas hasta el espacio que anteriormente era utilizado como anfiteatro del cementerio general de esta ciudad.

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“Como consecuencia de la lluvia se cayeron dos tumbas. Hay varias bóvedas que están siendo socavadas por la corriente del agua y estamos llamando a la ciudadanía para que identifiquen a sus parientes fallecidos y hagan los arreglos correspondientes de las bóvedas dañadas”, declaró Paredes.

Una de esas bóvedas contiene los restos de un niño, cuya protección quedó endeble tras los aguaceros.

El año pasado, aseguró Paredes, otras dos bóvedas fueron dañadas por la fuerza del agua y los restos de esas personas también permanecen en el anfiteatro municipal y responden a los nombres de Pedro Pablo Cusme Zambrano, fallecido en el 2001 y Miguel Chávez Mero, quien pereció en 1990.

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Un quinto cuerpo de José Rivera Bailón, fallecido en 1979 y cuyo nicho fue afectado por el terremoto del 16 de abril.

Mientras, en el cementerio de Charapotó al menos 300 de las más de mil bóvedas asentadas en el camposanto de esta localidad permanecían anegadas desde el pasado miércoles tras la fuerte lluvia, según Joaquín Delgado, jefe del Cuerpo de Bomberos de esta parroquia, perteneciente al cantón Sucre.

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Vuelve suministro
Tras pasar en algunos casos más de 24 horas sin recibir el agua potable, desde las primeras horas de la mañana de ayer comenzó a distribuirse agua en Manta y Portoviejo. En otras poblaciones que dependen de la distribución que hagan desde las plantas de tratamiento de El Ceibal en Rocafuerte y Cuatro Esquinas en la capital manabita esperaban hasta el mediodía recibir la dotación del líquido.

La Empresa municipal Portoaguas indicó que tras superar problemas con palizadas y niveles de turbiedad desde la mañana de ayer se reanudó la distribución de agua en varios sectores de Portoviejo, mientras que en zonas periféricas y altos debían esperar con el paso de las horas la llegada del líquido.

Igual situación se evidenció en Manta cuando desde la planta de El Ceibal y Caza Lagarto, comenzaron paulatinamente a producir agua potable. (I)