Es una representación que alude a un furioso toro negro, de 7 metros de altura, que viste la camiseta del campeón Barcelona, que mueve la cabeza, a la que le sale humo blanco del hocico.

Está en la calle 20 y Capitán Nájera. La gente se detiene para admirar los detalles, para fotografiarlo. Algún peatón opta por una selfie, pero posar y retratarse con la figura es permitido a cambio de $ 1.

Este gigante de papel es uno de los 49 que invaden el suburbio de Guayaquil en esta época. De ellos solo 25 forman parte de la guía turística municipal Guayaquil es mi destino para recorrer la ruta de los gigantes. Y están divididos en dos circuitos: 21 hay en el primero y 4 en el segundo, pero son muchos más los que tienen más de una década fabricándolos.

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Los artesanos rescatan la tradición de plasmar su arte en figuras infantiles, de acción, deportivas y de terror, en figuras grandes. Por ejemplo, este año se elaboraron dos toros de Barcelona y jugadores de ese equipo en tres puntos de la guía; los personajes clásicos de Freddy y Jason fueron elegidos por dos grupos de artesanos para levantarlos en dos zonas.

El 19 empezó la exhibición, pero en su mayoría no estaban terminados. Ahora solo a tres falta darles el acabado para mostrarlos a los turistas hasta el 15 de enero.

La mayoría de los artesanos aún mantiene la esperanza de que le permitan quemar los monigotes. Esto, luego de que el Cuerpo de Bomberos recomendara no incinerarlos. (I)