Con una capacidad para encapsular unas 350 mil toneladas de basura, que se calcula se generarán en un periodo de 10 años en el cantón Samborondón, el relleno sanitario se convierte en una obra necesaria para precautelar la salud de los residentes y la conservación del medio ambiente, según el alcalde José Yúnez, quien considera a esta obra como la más importante durante este año.

La obra, que comenzó desde junio del año pasado y que está a cargo del consorcio Santa Ana y la compañía fiscalizadora Fabucosa, forma parte del plan de Manejo de Residuos del cantón Samborondón, creado por el Municipio. Esta se realiza con una inversión de 2 millones 600 mil dólares.

El alcalde Yúnez, en un recorrido por la obra el pasado viernes 28, indicó que ya está lista y que se inaugurará oficialmente entre el 15 y 20 de este mes; actualmente se están realizando pruebas para ultimar detalles operativos.

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“Todo el mundo habla de proteger la tierra y la verdad nos quedamos en eso, en palabras, por eso es que esta obra es importante, porque no solo contribuye a conservar la salud de la comunidad, sino el bienestar del planeta, que tanto nos necesita”, dice Yúnez.

Funcionamiento
El objetivo de este relleno sanitario, que ocupa 10 hectáreas y que está ubicado en el km 2,5 de la vía Samborondón-Salitre, es lograr una descomposición controlada de los residuos orgánicos, separados de aquellos reciclables, sin contaminar el ambiente.

Su funcionamiento consiste en compactar la basura a través de diferentes capas; sobre una geomembrana estarán dispuestos los desechos sólidos ordinarios cubiertos por arcilla y composición de poda, luego se colocarán piedras bola de diferente tamaño para generar un sistema de filtros.

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Además, de manera incorporada al plástico impermeable hay drenajes para eliminar los lixiviados, que es un líquido que genera la basura en su proceso de descomposición. Estos son conducidos a unas piscinas que hay en el sitio, para evaporarse, siguiendo una recirculación del líquido hasta eliminarlo por completo. También hay fumarolas para evacuar los gases generados por la descomposición y que podrían ocasionar una explosión, de no ser liberados.

A un costado de los depósitos de basura hay una mina de arcilla, que es el material con el que se sellarán las capas de desechos. “De no hacerlo así los costos operativos serían muy altos al estar transportando el material a diario”, explica Édgar Muñoz, director de Gestión Ambiental.

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Muñoz detalla que la construcción del relleno sanitario se realizó en tres fases que se ejecutaron de manera paulatina. Lo primero fue hacer el cierre técnico de toda la basura que se había acumulado por 15 años en el botadero a cielo abierto, para esto se construyó la primera fase, que tomó seis meses de trabajo.

En esta área, que mantiene el mismo principio y funcionamiento del relleno sanitario y que ocupa un espacio de una hectárea, se encapsularon unas 75 mil toneladas.

De manera simultánea se creó una celda emergente, que es una especie de minirrelleno sanitario, ya que mantiene el mismo procedimiento. Esta fue pensada como una alternativa necesaria para ir almacenando toda la basura que se generaba en el día a día. “Era fundamental tener un espacio para recibir la basura durante todo ese año de construcción de la obra, sino no se podía continuar”, indica Muñoz.

Este espacio, cuya capacidad de almacenamiento es de 20.000 metros cúbicos, será utilizado por seis meses más.

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Desde la fuente
En el cantón se generan unas 130 toneladas de basura a diario, incluyendo la parroquia urbana La Puntilla, la cabecera cantonal, Tarifa y recintos aledaños consolidados. De esta basura el 70 % corresponde a desechos comunes y el 30 % a material vegetal.

La obra tiene un promedio de vida útil de 10 a 15 años, factor que se logrará mediante la aplicación de diferentes modelos de reciclaje que se ejecutan desde hace varios meses en urbanizaciones, centros comerciales y colegios, y que consiste en separar los desechos desde la fuente que los genera.

Es así como en las urbanizaciones Vista Sol, Laguna del Sol, Riberas del Batán y Entre Lagos se mantiene el mismo procedimiento de recolección, en el que miembros de la Asociación de Recolectores de Samborondón recogen la basura en unos triciclos y la llevan hasta un cuarto destinado para separarla entre desechos comunes y material reciclable.

Luego esta basura es recogida por unos recolectores del Municipio, que mantiene esta misma división en su interior, para ser trasladada al relleno sanitario.

Los más de 45 miembros de esta asociación se llevan el material reciclable utilizando su propia logística. Según Christian Holguín, presidente de esta asociación, lo que más se recicla es plástico blanco, que son las botellas de cola; chatarra, cartón, plástico suave, plástico duro y papel. Muñoz asegura que a través de un cálculo realizado en los últimos seis meses se puede determinar que los recolectores reciclan unas 100 toneladas por mes.

La idea es aplicar este mismo procedimiento en las 159 urbanizaciones restantes que hay en el sector; sin embargo, pensando en aquellas en las que no es aplicable este modelo, en el relleno sanitario hay un área especial de clasificación de desechos, como un último canal de separación.

También hay un área especial para la producción de compost, en el que se depositará todo el material vegetativo que se picará en una máquina haciendo unos pedazos pequeños de 2 a 3 cm que se mezclarán con basura orgánica para luego de un mes, y mediante un tratamiento especial, producir el compost, que será utilizado en áreas verdes.

También se involucró a los estudiantes del Centro Educativo Naciones Unidas (CENU), Nuevo Mundo y Liceo Panamericano. En esos colegios se instalaron tachos de basura, unos para desechos comunes y otros para material reciclable.

Esta basura es almacenada en un área del centro educativo hasta que llegue a lo máximo de su capacidad, momento en el que los recolectores van a retiran el material reutilizable y los camiones del Municipio a recoger el resto de los desechos.

En total hay diez recolectores que cuentan con una plataforma en su interior que mantiene las divisiones establecidas para la basura; y entre 5 y 6 camiones que trasladan los residuos de poda.

Carlos Silva, director de Aseo de gestión integral, indica que ya hay un cronograma para la recolección, que se hará todos los días a través de varios recorridos que se realizarán entre las 05:00 y las 17:00, en urbanizaciones, centro educativos y centro comerciales.

El relleno también cuenta con una celda pequeña, de 20x30, destinada solo para los desechos hospitalarios.

Además internamente todas las aguas lluvia que se generen dentro del proyecto serán recogidas en un canal perimetral y conducidas hasta el estero.

Para un mejor funcionamiento de la logística, se hizo una ampliación en la vía para un carril de desaceleración por el que deben transitar todos las camiones con los desechos.

En la parte de ingreso a la obra hay una báscula para pesar la basura diaria y una caseta para el control digital de pesaje, que servirá para mantener una estadística de la basura que se genera a diario.

Alrededor del relleno sanitario se ha construido una cerca viva con árboles de nim y guachapelíes, y la idea es sembrar unas 3.000 especies nativas en toda el área. (I)

Una disposición final de los desechos, con estas características, va a proteger la salud de los samborondeños y a conservar la del planeta. Es de gran impacto para la comunidad”.José Yúnez, Alcalde