El quinto intento de diálogos de paz entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), una de las guerrillas que se han enfrentado al Estado desde hace más de 50 años, se inicia hoy, teniendo como escenario Quito.

La primera cita está prevista para las 17:00 en la Capilla del Hombre. Aunque hasta ayer quedaba la incertidumbre de si el ELN cumpliría con la última exigencia del Gobierno: liberar al excongresista Odín Sánchez y a todos los que tuvieran secuestrados, para sentarse en la mesa de negociaciones.

Según expertos, la posibilidad de acuerdo, por el radicalismo y la falta de cohesión del mando rebelde, será más compleja que con las FARC.

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El ELN tiene una estructura asambleísta y no vertical como la de las FARC, que alcanzaron un acuerdo con el Gobierno rechazado en un plebiscito, lo que dejó en suspenso la implementación del pacto tras cuatro años de negociar en Cuba.

“Cada frente tiene su propia vocería, todo se discute y está sujeto a grandes debates y reuniones”, por lo que “es más difícil alcanzar consensos” sobre los lineamientos de la organización y las negociaciones, dijo Camilo Echandía, investigador del conflicto armado y profesor de la Universidad Externado.

El principal comandante del ELN, Nicolás Rodríguez, más conocido como Gabino, aunque es “el hombre jefe aceptado y respetado por todos”, “ejerce un mando con mucha discreción”, dijo a Caracol Radio monseñor Darío de Jesús Monsalve, facilitador del diálogo.

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El Gobierno y analistas coinciden en que el ELN, la segunda guerrilla del país y con presencia en cerca de 10 de los 32 departamentos colombianos, tiene divisiones en su órgano de dirección, el Comando Central (COCE), integrado por cinco comandantes.

“El ELN es una mezcla de Marx, el Che y Jesucristo obrero, con acciones urbanas e influencia estudiantil”, afirmó Víctor de Currea Lugo, politólogo experto en el conflicto armado colombiano, que ha escrito libros sobre este grupo.

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Según el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), esta guerrilla llega fortalecida a la mesa tras haber “recrudecido su violencia” con ataques contra la infraestructura y las fuerzas del orden.

Sin embargo, la diferencia en la mesa de conversaciones entre el Gobierno y los rebeldes no es solo por sus estructuras políticas y militares. Las FARC muestran una mayor capacidad de fuego con sus 5.765 combatientes, más del triple de los del ELN, estimados en 1.500.

“Pareciera que hay distintos criterios en torno a esta negociación”, indicó el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, el pasado septiembre. (I)