La palabra asertivo, de aserto, proviene del latín asertus y significa afirmación de la certeza, por lo que se deduce que una persona asertiva es aquella que afirma con certeza.

Es muy común encontrar personas que expresan sus ideas de manera violenta, así como también existen personas que expresan sus ideas de manera manipuladora o que piensan que levantando la voz es la única forma que escuchen sus reclamos.

Comunicarse con claridad, firmeza y efectividad es una virtud importante y valiosa para cualquier ámbito en que nos desenvolvamos. Piensa en las personas que tienes a cargo en el trabajo, ¿cómo sería tu comunicación si practicaras la asertividad? Existen varios elementos que debemos ejercitar mientras somos asertivos, como mirar a los ojos para generar una conexión; regular el volumen de la voz para evitar que se sientan intimidados; practicar la modulación y entonación para provocar interés; sostener una fluidez verbal que contenga espontaneidad y seguridad; presentar una postura firme, equilibrada y calmada; manejar gestos para acompañar nuestro lenguaje de manera coherente; utilizar un claro contenido verbal a través de un mensaje explícito, directo, franco, considerado y respetuoso.

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Para ilustrar el estilo de expresión agresivo, compartiré la siguiente anécdota. Cuando ocupaba el cargo de asesor comercial fuimos convocados a una reunión para evaluar los resultados acerca del cumplimiento de las metas de colocación y recuperación del mes (no eran buenos).

La reunión se inició con la intervención del “jefe” y, apenas tuvo la oportunidad, descargó toda su ira contra nosotros; entre las frases que recuerdo se encontraban: “son unos incompetentes”, “estoy rodeado de personas improductivas”, “deberían regresar a la universidad para que aprendan bien”. Al poco tiempo de su participación (poco asertiva), nos preguntó: ¿Tienen algo que decir al respecto? Ninguno contestó. ¿Cómo creen que fueron los resultados en los meses siguientes?

Si tienes un jefe arrogante, poco asertivo y, por otro lado, un equipo desmotivado, resentido e intimidado, es muy probable que estén a punto de colapsar.

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Por otra parte, tenemos la conducta de personas sumisas con un estilo de comunicación pasiva que soportan los mensajes del estilo agresivo y no contestan por temor o por sentirse inferiores. Provocando severos problemas de baja autoestima, ansiedad, acumulación de ira, resentimiento y depresión.

Para resumir los tres estilos de comunicación: agresivo-asertivo-pasivo presentaremos el siguiente caso: Tu compañero de trabajo está marcando la salida desde hace algunas semanas a la hora normal, mientras que tú registras la salida dos horas más tarde durante ese mismo tiempo. Te ha solicitado que lo ayudes con sus informes, retrasando los tuyos. Hoy decidiste ponerle fin a esta situación que tanto te incomoda. ¿Qué podrías hacer?

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1. Continúas haciendo sus informes por temor a que tome represalia o deje de saludarte por resentimiento (pasivo).

2. Le pones fin y le dices: ¡Olvídalo! Ya me cansé de quedarme hasta tarde por cumplir con tus tareas, no me vuelvas a pedir más” (agresivo).

3. En los últimos días me has solicitado que te ayude con tus informes, aunque observo que al finalizar nuestra jornada, sales a la hora normal. Me gustaría saber el motivo que te impide cumplirlos, para poder ayudarte en caso de no saber cómo realizarlos.

Me siento más cansado desde que me solicitas ayuda con tu trabajo, así que te pido de favor que trates de quedarte un poco más de tiempo, para que lo intentes o pueda enseñarte a elaborarlos y así evitaremos futuras incomodidades en nuestra relación laboral (asertivo).

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Para concluir, hago mención a una grandiosa reflexión de Sharon Anthony Bower: “La diferencia básica entre ser asertivo y ser agresivo es la forma en que nuestras palabras y comportamientos afectan a los derechos de los demás”. (O)