Aunque no se ha refrescado en el estero Salado, como lo hacen decenas de niños de la isla Trinitaria y otros sectores de Guayaquil, Jorge Antonio Alvarado Argudo consi dera a este espejo de agua salobre como parte de su vida, como guayaquileño.

Alvarado, de 48 años de edad, es el visionario que desde la época de estudiante universitario, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil (UCSG), pensó junto con sus compañeros en cómo rescatar este brazo de mar.

Después de 20 años de graduarse, Alvarado cumplió de cierta forma este sueño. Desde el 2015 es el gerente del proyecto Guayaquil Ecológico del Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Miduvi), que hasta la fecha ha reubicado a más de 3.500 familias que habitaban en las riberas del estero. A la par, esta cartera de Estado ha construido 14,1 kilómetros de parques lineales. En febrero, esa cifra ascenderá a 15,8 kilómetros.

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“La dinámica social promovía el tema de los rellenos, los asentamientos irregulares. Afortunadamente, me siento orgulloso de estar involucrado en un proyecto que cerró ese ciclo perverso. Los parques lineales que hemos desarrollado son un límite a cualquier tipo de relleno y de nuevas invasiones”, explica Alvarado.

El arquitecto, que fue dirigente estudiantil, conoció en la UCSG a la ministra de Vivienda, María de los Ángeles Duarte, y al presidente Rafael Correa. Alvarado cuenta que inició su carrera en la función pública en el 2000, cuando ingresó al equipo de Proyectos Específicos del Municipio de Guayaquil. Allí pudo participar de una iniciativa para crear granjas acuícolas en el sector Viernes Santo, al pie del estero, en el sur.

En el 2008 asumió la Dirección Provincial del Miduvi. Cuatro años después pasó al área de Patrimonio Material del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC). En el 2013 y 2014 volvió al Miduvi como asesor.

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Un año después, su camino se cruzaría una vez más con las zonas del estero, pues como docente de la Católica también había caminado por estos sectores cuando colaboró, en 1998 y 2004, con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

El funcionario destaca que los 14,1 km de parques lineales les ha cambiado la vida, para bien, a los habitantes de esas zonas, porque son espacios de sana distracción. En febrero estará listo el séptimo tramo de los once que contempla el proyecto global.(I)