La tarde del domingo 3 de abril, hace seis meses, 109 medios de comunicación en el mundo comenzaron a informar sobre los Papeles de Panamá, la filtración de archivos del estudio jurídico panameño Mossack Fonseca

El Consorcio de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) lideró la coordinación de cientos de periodistas que trabajaron conjuntamente en los reportajes.

En un balance sobre lo sucedido, Marina Walker, directora adjunta del ICIJ, destaca que lo más importante es que en muchos países los Papeles de Panamá penetraron la cultura popular y que la gente se ha apropiado de ese tema para exigir un cambio.

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Asegura también que aún habrá nuevas revelaciones sobre estos once millones de archivos.

¿Cuáles han sido los principales logros de los Papeles de Panamá?

Ha habido dos logros principales. Por un lado están los efectos inmediatos, como las renuncias de autoridades y los anuncios de investigación que simbólicamente importaron porque hicieron crujir el sistema.

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Aún es necesario esperar para saber si tienen un efecto duradero y si se acompañan con reformas para una economía más transparente.

Por otro lado hay algo más profundo y a lo que le doy mucho valor: el click que hizo la gente común. Eso es algo que no habíamos logrado antes, que el ciudadano común se diera cuenta por qué esta corrupción legal de los paraísos fiscales le afectaba su propia vida y que más que una historia de impuestos era una historia de inequidad.

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¿Cómo se dio ese cambio?

Fue bastante grande porque el fenómeno Papeles de Panamá fue tan masivo y contundente que fue imposible ignorarlo y penetró la cultura popular. El tema fue tratado por humoristas, caricaturistas, estuvo en grafitis, la gente salió a la plaza, el Twitter se copó… fue más allá se lo tradicional. Esto se transformó en un fenómeno global y la gente se apropió de los Papeles de Panamá. La gente lo vio como una reivindicación porque había sospechas pero no se conocía cómo funcionaba el sistema.

En esta historia de inequidad debe también haber una rendición de cuentas. ¿Qué pasa en el campo judicial?

Tenemos información de que existen investigaciones criminales en Estados Unidos, hay algunas que se van a anunciar pronto. Ya se ha hecho público que existe una investigación a un banco de Taiwán que operaba en EE.UU. Y hay otras instituciones e individuos que están en la mira de los fiscales. Nosotros no les hemos facilitado información, han trabajado con la base de datos y los reportajes publicados.

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¿Qué ha pasado con el estudio Mossack Fonseca?

Ellos perdieron su licencia en Islas Vírgenes Británicas y han cerrado sus oficinas en EE.UU., que estaban en Nevada y Wyoming. Han tenido un corte del crédito internacional, de cuentas bancarias, hubo una fuga de clientes y de socios, de bancos. Se quedaron en un aislamiento. No hay duda de que hubo un daño económico y a su reputación. Si eso se va a transformar en una sentencia penal, está por verse, no tenemos ningún indicio al respecto.

¿Mossack Fonseca ha iniciado un proceso contra el Consorcio?

No nos han demandado, no tenemos ni un solo juicio. Al principio pidieron que no se publicara más información. También dijeron que en la base había errores, entonces les pedimos que nos demostraran cuáles eran, pero no siguieron adelante con ninguno de esos pedidos.

El gobierno de Panamá formó una comisión de transparencia pero ya renunciaron dos de sus miembros. ¿Tiene alguna expectativa sobre esta investigación?

Con la renuncia del premio Nobel Joseph Stiglitz y el experto anticorrupción suizo Mark Pieth esa comisión queda muy manchada, con muchas interrogantes. Perder a esos miembros de una manera tan pública, en la que denunciaron que no existían las garantías de transparencia que hubieran requerido para tener realmente un reporte independiente, ya echa tanta sombras sobre esa comisión, que no creo que tenga sentido alguno.

¿Qué garantía existe de que se genere un cambio profundo y que el resultado no sea solo que los competidores de Mossack Fonseca salgan favorecidos por tener más clientes?

Mucho de los que va a permitir transparentar más es el miedo que han generado las filtraciones a la gente que utiliza esos mecanismos secretos, porque cada vez se dan cuenta de que es muy difícil ocultarse. Hay una gran reticencia para armar estos esquemas de evasión.

Por un lado hay un amedrentamiento, pero nos hacemos ilusiones de que el mundo offshore va a desaparecer por lo publicado, ese mundo ha demostrado ser increíblemente resiliente, se reinventa, se transforma. Mentes de las más brillantes son contadores y abogados que inventan estos esquemas y están buscando la próxima jurisdicción, que ya no son las islitas sino países que tienen fachada de gran legalidad como Costa Rica, Holanda o Canadá.

En los documentos se habla se usar bolsones dentro de esos países que puedan operar como paraísos fiscales y que reciben el nombre de onshore. Por otro lado vemos con optimismo la creación de registros de empresas en los que se obliga a declarar los beneficiarios finales y no poner testaferros. Eso sucedió en Reino Unido a partir de los Papeles de Panamá. Alemania ha anunciado que hará algo parecido.

La Unión Europea ha formado una comisión

El Parlamento Europeo ha formado una comisión que se llama Papeles de Panamá, cuyo trabajo comenzó el 27 de septiembre. Allí se han presentado los periodistas que trabajaron con el Consorcio para contar los casos más importantes, los esquemas más flagrantes, la participación de los bancos… Con ayuda de Mossack Fonseca, los bancos violaban la directiva europea de informar sobre cuentas bancarias de personas, lo lograban poniendo las cuentas a nombre de empresas offshore para sí no tener que reportar esta información al fisco. Estas iniciativas dan lugar al optimismo pero hay que ver en qué terminan.

Algunos países se contentan con hacer listas negras de paraísos fiscales pero parecería que eso ya no funciona.

Eso ya lo hicieron en los años noventa, las autoridades se esfuerzan, hacen un par de cosas cosméticas y ya. Hemos demostrado que muchos de los países involucrados en los esquemas de evasión estaban en la lista blanca. Poner a un país en la lista negra o blanca suena a receta del pasado que no funcionó.

¿En qué país latinoamericano se realiza una investigación seria al respecto?

Sabemos que las autoridades fiscales colombianas aseguran que han recuperado 100 millones de dólares en impuestos, gracias a las revelaciones de los Papeles de Panamá.

En México está pasando algo parecido. Creo que en casi todos los países trabajan sobre las pistas reveladas. Es un avance pero también es un fruto muy fácil de alcanzar, pues les estamos dando los nombres, los esquemas y las direcciones. Sería casi una irresponsabilidad de funcionario público no actuar. El tema es cómo evitan esas grandes hemorragias y cómo reforman el sistema para que no siga ocurriendo.

¿Los 11 millones de archivos ya han contado todas las historias que guardan?

No están agotados. Vamos agregando gente de otros países y creo que van a salir más peces gordos, que se van a reactualizar con esas noticias.

¿Va a cambiar la historia del periodismo?

Creo que ya la cambió y lo digo humildemente. Hay un antes y un después de los Papeles de Panamá. Se ha probado que el trabajo colaborativo y de alianzas da muchos frutos. Hay un entusiasmo de las nuevas generaciones y creo que vamos a ver muchos más trabajos regionales y globales. (I)