Mientras en Brasil continúan protestas por la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff, el nuevo canciller brasileño, José Serra, sigue defendiendo la realización del juicio político y lanza duras críticas a los países que calificaron la situación de ‘golpe’ parlamentario.

“Yo creo que particularmente Bolivia y Ecuador podrían aprender a hacer democracia con lo que ha pasado en Brasil. Y lo de Venezuela es pura provocación. Yo creo que el régimen venezolano no merece ningún respeto, porque es un régimen antidemocrático que desorganizó el país”, dijo Serra en una entrevista con el diario español El País, en el marco de su estadía en China, acompañando al presidente Michel Temer en la cumbre del G20.

Lo mencionó al consultársele sobre las reacciones que han tenido los países de la región, de la misma línea ideológica que el gobierno de Rousseff, sobre su retiro de embajadores.

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Serra mencionó que el impeachment siempre es un proceso ‘traumático’ en un régimen presidencialista, pero en el parlamento es la solución, no el problema. También acotó que en el gobierno de Rousseff sí “hubo una transgresión, gastos no autorizados por el presupuesto. Es un delito, y la Justicia lo respaldó”.

El canciller brasileño comentó que estos países “tienen sus problemas internos, y una buena manera de distraerse de ellos es referirse a la experiencia de Brasil”.

La cancillería boliviana calificó de apresurada y salida de control la reacción de Serra.

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“Yo no sé por qué estas declaraciones, todos los presidentes pueden llamar a sus embajadores en consulta, porque quieren tener información directa”, apuntó el canciller boliviano David Choquehuanca, según la agencia AFP.

Manifestaciones
En cuanto a las protestas, Serra expresó que son ‘muy’ pequeñas: “Cincuenta, cien personas. Hacen mucha bulla, llaman la atención, pero no son prácticamente nada”.

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Sin embargo, el pasado domingo, en Sao Paulo, miles de personas salieron a las calles a expresar su rechazo contra Temer, en el séptimo día consecutivo de manifestaciones, y que terminó con enfrentamientos aislados con la policía, según una publicación de Infobae.

Los organizadores de la marcha dijeron que asistieron alrededor de 100 mil manifestantes, quienes también exigían adelantar las elecciones.

Fuentes policiales indicaron que los agentes se vieron obligados a utilizar gas lacrimógeno, granadas de aturdimiento y cañones lanza agua para impedir actos de vandalismo posteriores a la manifestación contra Temer, que “en un principio fue pacífica”.

Acusación
De acuerdo con una publicación del diario Folha de Sao Paulo, las empresas que construyeron la central hidroeléctrica de Belo Monte aceptaron que pagaron sobornos por el 1% ($ 41,8 millones) del valor del contrato al Partido del Movimiento Democrático Brasileño –que integra Temer–, a través de donaciones a sus campañas entre 2010 y 2014. Las autoridades basan sus sospechas en delaciones realizadas por implicados en el caso de Petrobras.

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Según el rotativo, entre los principales beneficiados está el presidente de la Cámara Alta, Renán Calheiros. (I)