El Banco Central del Ecuador (BCE) volvió a ajustar sus proyecciones de crecimiento para este año y por primera vez considera una contracción del PIB del 1,7%. Es la tercera estimación que hace el organismo, que primero proyectó una expansión del 1% y luego de 0,4%.

Durante un conversatorio, el jueves, su gerente Diego Martínez dijo que la variación negativa responde a elementos como la caída de los precios del petróleo y los efectos del terremoto de abril. Dentro de la previsión, las autoridades estiman un crecimiento del 0,8 del sector petrolero por un leve aumento en la producción de crudo y una mayor refinación de derivados y una caída del 2,57% del sector no petrolero.

Para Fausto Ortiz, exministro de Finanzas, este ajuste se acerca más a las cifras reales. “Imagino que conforme pase el tiempo irán ajustando para arriba, una cifra más negativa que es lo que se confirma por otras variables: los impuestos caen, la actividad económica como tal está estancada...”.

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Con él coincide Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal. Considera que la contracción sería mayor pero que esta previsión del BCE es “bastante más realista” que las anteriores, considerando lo que sucede, por ejemplo, con las ventas. “En el primer semestre han caído muy fuertemente en muchísimos sectores: construcción es uno de los más afectados, con 21%, pero también alojamiento y servicio de comidas, que cae 23%. Lo que estamos viendo es que detrás hay una debilidad por el lado de demanda de los hogares, la gente tiene menos recursos, la economía tiene menos liquidez”.

La nueva proyección del BCE es menor a las dadas por el FMI (-4,5%), el Banco Mundial (-4%) y la Cepal (-2,5%).

Acosta cree que es difícil llegar al 4,5 del FMI porque no se redujo el nivel de gasto, como preveía el organismo, y que está más cercano a la de Cepal.

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Sin embargo, la Corporación para el Desarrollo (Cordes) considera que las proyecciones oficiales “son mucho más graves de lo que ese -1,7% parece mostrar”. El BCE prevé una caída de 5,4% en la demanda interna, que es la suma del consumo de los hogares, del Gobierno y la inversión, y constituye un indicador de cómo está la actividad en el interior del país. Y esa contracción para el año completo podría ser incluso peor, ya que el país prevé que el consumo de los hogares caerá “apenas” 2% a lo largo de 2016, cuando en el primer trimestre registró una caída casi dos veces mayor.

José Hidalgo, director de Cordes, considera que con ese desempeño de la demanda interna no es posible llegar a una caída de solo 1,7%. Explica que para medir el PIB hay que sumar consumo de los hogares, Gobierno, inversión y exportaciones y restar importaciones, y que el BCE lo que haría es proyectar unas importaciones pequeñas para con eso conseguir que el PIB no caiga tanto.

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Cordes ha estimado una caída de 3,5% y es posible que se ajuste a la baja (3%), pero eso dependerá, coincide Acosta, de si el Gobierno logra contratar nuevos créditos. Eso permitirá “empujar el problema hacia adelante” (al nuevo gobierno), coinciden los analistas, por lo que la contracción podría seguir hasta 2017. (I)

0,2%
Creció la economía

En 2015, según los nuevos cálculos del BCE, que antes la ubicó en 0,3%. Las cifras han sido cuestionadas.