Que el Gobierno y la comunidad entiendan el riesgo de tsunami que tienen las ciudades costeras ecuatorianas y evitar la recurrencia de la misma vulnerabilidad, fueron las recomendaciones que dio al Ecuador Goto Ko, director de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA), luego del terremoto del 16 de abril.

Él junto a la Misión de Estudios en Reducción de Riesgo y Desastres de Japón estarán en el país hasta el 29 de este mes para cumplir varias actividades, como recorrer las zonas damnificadas de Pedernales, Portoviejo, Canoa, Salinas y observar el nivel de afectación de edificios y viviendas.

Tres de ellos dieron ayer una conferencia sobre su experiencia en terremotos y las actividades de JICA en la reconstrucción posdesastre, en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas de la Escuela Politécnica (Espol).

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Ryo Matsumaru explicó que luego de eventos naturales han trabajado en dos ejes: la rehabilitación social y económica y la reconstrucción, que va más allá de la infraestructura, como evitar la recurrencia de los daños al construir las casas en zonas seguras. Así como también invertir en prevención de riesgos y crear condiciones mejores. Por ejemplo, en Japón, cambian las leyes y normas de construcción constantemente.

Goto Ko afirmó que no se puede dar un tiempo estimado de cuántos años tomaría una reconstrucción. En el caso del terremoto del 2011 aún no terminan. Sin embargo, lo principal es que el Gobierno establezca una política clara para la reconstrucción e involucrar a todos los actores, refirió.

En Japón, JICA dio una capacitación a los jefes de las unidades de gestión de riesgo de diez municipios: Esmeraldas, Atacames, Muisne, Pedernales, San Vicente, Portoviejo, Crucita, Salinas, Playas y Santa Cruz, durante un mes el año pasado, para fortalecer los programas sobre reducción de riesgo de tsunami en la comunidad.

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Darwin García, de la Unidad de gestión de riesgo del cantón San Vicente, señaló que de los 10 mil pobladores que viven en el perfil costero, 6 mil ya han sido capacitados en prevención. Ya tienen listo el estudio catastral, están elaborando una ordenanza sobre el uso del suelo y ya han definido 52 rutas de evacuación y nueve puntos de encuentro en lugares altos.

Pero aún les hace falta la señalización. Ese trabajo les costaría unos $ 100 mil, pero aún no tienen presupuesto, indicó.

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En Muisne han formado en los barrios comités de gestión de riesgo y brigadas de evacuación; cuentan con señalización y en los próximos meses tendrán el sistema de alerta temprana a través de sirenas, indicó Eli Torres, jefe de la unidad.

En la isla Santa Cruz, de Galápagos, crearon cuatro ordenanzas, de ordenamiento territorial, nomenclatura, movilidad, y también tienen listo el plan de contingencia y el sistema de alerta, señaló Washington Ramos, jefe de la unidad.

La misión revisará los avances de los planes de los municipios y analizarán opciones de cooperación. (I)