La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) confía en que podrá resolver su falta de recursos, luego de la asamblea general de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la que expuso la crisis financiera que atraviesa.

Pero teme por su debilitamiento dada la postura que ciertos países, como Ecuador, expresaron durante la cita que finalizó el pasado miércoles.

Durante tres días la CIDH hizo una intensa campaña para atraer contribuciones de los 34 estados miembros de la OEA.

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El presidente de la Comisión, James Cavallaro, informó que el organismo ha recibido donaciones de Antigua y Barbuda y de Chile, y promesas de recursos de parte de Argentina, Canadá, Colombia, Estados Unidos, Panamá, Perú y Uruguay.

“Si los recursos anunciados y otros adicionales llegaran a tiempo, podríamos evitar la crisis”, dijo Cavallaro.

El pasado 23 de mayo la Comisión se declaró en crisis por la falta de recursos. Anunció la suspensión de audiencias y el probable despido de personal.

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Pero en el fondo lo que le preocupa es su debilitamiento.

Ecuador, por ejemplo, acusó a la CIDH de ser parcializada y politizada. Y México consideró la necesidad de ‘fortalecerla’, pero no le destinó recursos.

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La postura o falta de acción de algunos países causa desconfianza dentro de la CIDH, que tiene su sede en Washington.

Su secretario, Emilio Álvarez Icaza, abogó por no usar la expresión ‘fortalecimiento’ como eufemismo de ‘debilitar’. (I)