Impugnando una resolución del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el capitán de Navío de Estado Mayor Conjunto, Lenin Sánchez Miño, logró ascender a contralmirante, por una decisión del ministro de Defensa, Ricardo Patiño, y del presidente Rafael Correa.

El pasado 31 de mayo se publicó el decreto ejecutivo 1062, en el que se determinó el ascenso de Sánchez porque “cumplió con los artículos 117 y 122 de la Ley de Personal de las Fuerzas Armadas”, que se refieren a los requisitos establecidos.

Los considerandos reseñan que Sánchez presentó un “recurso extraordinario de revisión” ante el Ministerio impugnando la resolución del Consejo, dictada el 23 de febrero de 2016, que negó su ascenso.

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El Ejecutivo defiende su decisión aclarando que la Ley de Defensa Nacional le da la atribución al Ministerio de resolver las impugnaciones contra el Consejo, por lo que Patiño notificó al comandante de la Armada, contralmirante Ángel Sarzosa, que Sánchez era “apto para al ascenso” porque había cumplido con la normativa.

Este suceso generó desazón al interior de la Marina. En una carta que circuló entre los militares, suscrita por el contralmirante Ronald Muñoz, director de Operaciones Navales del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (Comaco), se expone que el oficial no habría alcanzado los 350 puntos necesarios para escalar.

Sánchez ocupa la inspectoría general de la Armada desde enero pasado. Fue jefe del Servicio de Protección Presidencial entre el 2011 y el 2013.

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Muñoz cuestionó que el recurso de revisión presentado atenta al artículo 160 de la Constitución; y aclara que seis meses antes de los ascensos se define la cantidad de cupos disponibles. Se estableció que había para seis oficiales.

Explica que el sistema militar está diseñado para que los oficiales que acumulan 350 puntos o más (de 500) serán calificados para ascender. Si hay otros que alcanzan 350 solo se calificará a los que tengan el mayor puntaje, según el cupo. Pero “a pesar de que Sánchez no llegó a los 350, el Ministerio resolvió favorablemente su apelación, lo que probablemente afecte a los oficiales de la siguiente promoción”.

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A su criterio, esto “desmotiva” a los marinos porque “no se entiende esta intromisión injustificable, y lo peligroso es que allanaría el camino para que todos los capitanes de Navío que no fueron calificados para ascender a contralmirantes presenten demandas...”.

El mando de la Armada tiene quince oficiales, con Sarzosa a la cabeza. Con la resolución del Ministerio, para los fines de antigüedad, Sánchez se ubicaría a “continuación del contralmirante Jorge Cabrera”, comandante de la Escuadra Naval.

Según Carlos Moncayo, exjefe del Estado Mayor del Comaco, este es un “ascenso político”: “No lo merecía porque se puntúan todos los actos y hechos de la vida de la promoción. No cumplía, pero como trabajó en la Casa Presidencial logró el ascenso, eso no es justo”. (I)