Francis Romero, gerente de la empresa Market, anunció su asociación con Emotion Research LAB, una entidad española especializada en reconocimiento facial de emociones ciudadanas durante las campañas electorales. Su cofundadora, María Pocoví, estuvo en Quito y explicó en qué consiste esta tecnología que se pondrá a prueba en los comicios generales del 2017 en Ecuador.

¿Cómo funcionará este método de investigación?
Es un software de reconocimiento facial que hace una lectura de la microexpresión facial y la traduce en emociones. El reto que asumimos como empresa es cambiar el ojo humano por una máquina, de tal manera que sea viable poder tener un experto en el reconocimiento en el ámbito de la política y del marketing. El paso que estamos dando es integrar una nueva pieza en el conocimiento del ciudadano y la estrategia de comunicación política.

¿Qué incide en la gente al momento de dar el voto?
Lo que buscamos en las fotografías es si el cerebro identifica si el candidato resulta confiable o no. La clave es que el candidato sepa conectar con el estado emocional real que en ese momento tenga la población. Las campañas generan miedo o esperanza. Entonces hay que entender cuál es el momento en el que se encuentra la población.

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Ecuador atraviesa un momento difícil debido al terremoto. ¿Qué expectativas tendrá la población?
El terremoto es un punto de inflexión, pero en un proceso habrá que revalidar esa figura de alguien que puede resolver estas situaciones. Va a depender de quién pueda gestionar esas emociones de reconstrucción. Aquí se van a jugar todas las cartas de las emociones que resulten confiables. Los desgastes políticos no podrán conectar con la población.

¿Las emociones serán el eje central en la campaña del 2017 como efecto del terremoto?
En las elecciones no hace falta un terremoto, porque toda elección tiene su propio terremoto. Obviamente se hablará de reconstrucción pero no será el único tema, hablaremos de posicionamiento del candidato. Cuál va a ser la imagen que tenga y cómo se va a conectar con la población. Hay que darle una opción muy clara al ciudadano, o A o B. Es el discurso del miedo y la esperanza, ahí estará la estrategia. (I)