La segunda réplica de 6,8, registrada a las 11:46 de ayer, causó alarma y nerviosismo en centros educativos, donde los profesores usaron planes de evacuación y padres desesperados llegaron a buscar a sus hijos.

En Guayaquil, una ambulancia del 911 atendió de emergencia a tres alumnas de un colegio fiscal, que está ubicado en el centro: una presentó un desmayo; otra, una crisis de asma y una tercera, adormecimiento de las piernas.

Según un paramédico, los tres casos se registraron a causa del estado de nerviosismo que generó la réplica del terremoto del pasado 16 de abril.

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La joven que presentó adormecimiento en las piernas debió ser cargada por uno de sus compañeros para ser embarcada en un carro con dirección a su casa, en el sur de la ciudad. Según su madre, era la primera vez que le sucedía esto a la adolescente de 15 años.

“Los padres gritaban, los alumnos gritaban, todo era un griterío”, comentó un testigo.

Afuera de este plantel los estudiantes de la jornada vespertina esperaban retornar a sus casas, pues recién al llegar se enteraron de que las clases habían sido suspendidas.

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El presidente Rafael Correa anunció en Twitter la suspensión de clases hasta el lunes 23 de mayo en Manabí y Esmeraldas, y de la jornada vespertina de ayer en todo el Ecuador.

Al plantel República de Costa Rica, en Lizardo García y Hurtado, los progenitores que llegaron en sus carros avanzaron casi sin atender las señales de tránsito, por la desesperación de saber cómo estaban sus hijos. Una profesora contó que mientras temblaba la tierra, reaccionó pidiendo calma, para luego bajar al patio en orden y mantenerlos allí, hasta que fueran retirados por sus padres.

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Una escena similar se vivió en un centro educativo de la avenida Samborondón. Los padres desesperados paraban la marcha en plena vía para correr a retirar a sus hijos. Esta situación causó congestión en el tramo de ingreso a la urbanización Ciudad Celeste, en el km 9,5.

En Portoviejo, una de las ciudades más afectadas por el terremoto de abril, se vivieron momentos de pánico al reeditarse la fuerza con que tembló la tierra. Los padres salieron de sus trabajos a buscar a sus hijos a las escuelas, donde los evacuaron hacia los patios. Algunos niños se mantuvieron en calma, pero rompieron en llanto al ver y abrazar a sus padres.

En ese estado encontró Mario Villavicencio a su hija de 4 años, que el lunes había empezado su vida escolar en la Unidad Educativa Cristo Rey. Dice que más allá de lo que decidan las autoridades no piensa mandarla de vuelta a las aulas al menos en un mes o hasta que la situación en la ciudad esté más calmada.

En familias, como la Macay o Vásquez, desde la réplica de la madrugada ya habían decidido no mandar a sus hijos a la escuela. “En este momento los prefiero conmigo, así no estudien”, dijo Paola Mora, mamá de un niño de 12 años y una niña de 4, que estuvieron en la casa al momento del sismo.

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Suspenden actividades
Ayer, mediante un acuerdo, el Ministerio del Interior dispuso la suspensión a nivel nacional, hasta el próximo 23 de mayo, de discotecas, bares, cantinas, karaokes, salas de recepciones, billares, galleras y otras actividades de diversión para mayores de edad donde se permita la venta y consumo de bebidas alcohólicas. (I)