Gina Briones narra como si fuera hace pocas horas el instante fatídico. Una pared les cayó a ella y su cónyuge, Williams Enrique Díaz Laz, de 58 años, segundos después del fuerte terremoto del pasado 16 de abril, pero fue a su pareja que le produjo graves daños en el organismo el derrumbamiento de la estructura.

“Nos quedamos refugiados, abrazados y cuando ya terminó todo (terremoto), prendimos un celular y nos dimos cuenta de que mi esposo estaba herido, la parte de la espalda y la cabeza le sangraban… (cerca) había una clínica con luces prendidas, pero fue imposible, él falleció”, indicó Briones, quien tras el terremoto pudo salvar a dos hijos y un nieto.

En la inscripción de defunción emitida a mano por el Registro Civil de Portoviejo el 19 de abril se indica como causa de su muerte diabetes mellitus, pero entre paréntesis consta la frase “Víctima terremoto”.

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Ella cree que la causa por la que no consta en la lista oficial de fallecidos de Portoviejo por el terremoto es porque no fue una persona rescatada, ya que por su cuenta ellos lo llevaron a una clínica, donde falleció, según lo que le contestaron en una consulta que supuestamente Briones hizo al área de la Policía de Criminalística.

No es el único caso. Los nombres de John Ariel Pinargote Rodríguez y Karla Espinoza Vélez tampoco aparecen entre los de 133 fallecidos que hasta el pasado 7 de mayo registraba el listado en la capital manabita de un total de 660 que consta como la cifra de muertos por el terremoto, según el informe 62 del 9 de mayo en la página de la Secretaría de Gestión de Riesgos.

Según William Pinargote, padre de John y suegro de Karla, ellos fallecieron en el interior de su edificio Mariner, ubicado en las calles Chile y Francisco de Paula Moreira, que colapsó por el terremoto.

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Tras el fuerte evento, ellos sacaron a su hijo cerca de las 00:30 del domingo 17 y a las 03:00 de ese día a su nuera, mientras que en la mañana de esa jornada también rescataron a Mario Zaporta Mera, quien sí consta en la lista de los desaparecidos. A su hijo lo sacaron aún con signos de vida, pero falleció horas después en el hospital del Seguro Social.

El comerciante señaló que esa madrugada los únicos que se acercaron a él fueron quienes estaban manejando en una maquinaria y una camilla para que les certificara si eran sus parientes los fallecidos. Ahora busca que se los incluya en la lista de las víctimas mortales.

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Michael Loor, coordinador provincial del Registro Civil en Manabí, indicó que del 17 al 27 de abril se emitieron 332 actas de defunción entre Manta, Portoviejo, Jama, Pedernales y Canoa. De esa cifra, el funcionario cree que más del 90% está relacionado con el terremoto.

Pero ¿por qué la cifra de actas no se acerca a los 660 fallecidos que se registra como listado oficial? Loor indica que las brigadas del Registro Civil se activaron después del mediodía del domingo 17 de abril.

Enrique García, fiscal de Manabí, manifestó que tiene conocimiento de que una vez ocurrido el terremoto, a medida que iban rescatándose cuerpos se los iban entregando directamente a los familiares. “Y estos habían procedido a enterrarlos o darles cristiana sepultura sin la correspondiente inscripción o a la final habiéndolos inscrito no aparecen en la base de datos”, señaló el fiscal.

Ante ello, relató García, los familiares que afirmen o deseen que a sus familiares se los registre dentro de la nómina de fallecidos deben pedir a la Fiscalía que se efectúa la exhumación del cuerpo a fin de establecer la causa de muerte y se coteje con la fecha de fallecimiento, para de esa manera ya ir registrando como posible muerte o fallecido por causa del terremoto.

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“Se dispondría la correspondiente exhumación por parte de un médico legista para que una vez practicada la respectiva autopsia y a través de esta pericia establecer si la causa de muerte fue la que alegan”, agregó García.

Hasta ayer, ningún ciudadano se había acercado a la Fiscalía para solicitar el trámite.

En otras zonas azotadas, como Pedernales, allegados de fallecidos también han denunciado que sus familiares no han sido registrados como víctimas ya que posterior a su muerte los llevaron a sus lugares de origen en la Sierra. (I)

660
Víctimas

se contabilizaban hasta ayer, según el informe número 62 de la Secretaría de Gestión de Riesgos.