Con escobas y sacos, hombres y mujeres empezaron a llegar a las dos de la madrugada de ayer a los exteriores del coliseo La California, en Portoviejo. Cinco horas después, más de mil personas pugnaban por entrar al recinto deportivo con la esperanza de trabajar.

Policías, algunos en caballos, y militares llegaron para controlar la puerta de ingreso. A las 09:30, un militar le dijo como aliciente: “Vamos, muchachos, a trabajar”, al último grupo de diez jóvenes en entrar. Enseguida, un uniformado informó que se terminaron los cupos, causando decepción, preocupación y enojo entre cientos de desempleados y damnificados del terremoto del 16 de abril.

En el interior del establecimiento, el ambiente era distinto. Rostros de alegría, de ánimo, de esperanza, recibían la bienvenida de los representantes de la fundación taiwanesa Tzu Chi, organización sin fines de lucro que a través del programa Efectivo para alivio ha dado trabajo a miles de personas de Manta y Portoviejo.

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Por limpiar durante cuatro horas los alrededores de la zona cero (la más destruida por el terremoto) de Portoviejo y las calles de otros sectores, ellos reciben $ 15. El cuarto día, de los diez programados, se cumplió ayer. Empezaron el viernes pasado con 120 personas; el sábado se acogió a 700; el lunes a 1.003 y ayer a 800, divididas en grupos de diez.

“La gente necesita renovar la economía... La idea es que se sientan orgullosos de sí mismos, no esperando sentados la ayuda del Gobierno, que ellos sepan que pueden levantarse, levantar la ciudad. Tuvimos un desastre, pero no deben sentirse víctimas, sino que nosotros mismos vamos a solucionar el problema”, dijo Jenyffer Ruiz, voluntaria de Tzu Chi.

Agregó que están en conversaciones con los municipios de Jama y Pedernales para replicar este programa. Hoy darán a conocer, en Manta, si se concretó el proyecto y la posible participación de más entidades.

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Doris Catagua fue asignada con su grupo para limpiar las veredas de la ciudadela Andrés de Vera. “Es una ayuda para salir adelante. Yo he ido a las 03:00 y he conseguido trabajo los cuatro días”, dijo la educadora, que actualmente está sin trabajo, porque el centro infantil donde daba clases fue afectado por el terremoto.

Su casa, en el sector de Los Cerezos, colapsó. Pero no buscó refugio, armó una carpa en el patio de su casa, donde vive con su esposo y su única hija.

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Luis Macías, Marlon Intriago, Ángela Palma, Kathy Meza fueron algunos de los que no consiguieron un cupo, pese a madrugar. “Nos dieron un tique y después no lo hicieron valer. Nos lanzaron gas, no hay orden y necesitamos trabajar”, dijo Intriago, mientras mostraba su tique 172. Él esta viviendo junto con su familia en el patio de su casa cuarteada.

Kathy Meza, en cambio, se fue desilusionada al refugio en el parque Cayambe, donde vive con sus cuatro hijos y dos nietos desde el día del terremoto, porque su casa colapsó. Ella afirmó que regresará mañana con la esperanza de laborar.

El Municipio de Portoviejo da la logística y la Dirección de Higiene realiza el control de las actividades de limpieza, señaló Julio Rodríguez, asesor de la Alcaldía. “Ellos no vienen a dar trabajo, quieren inyectar capital para que se dinamice la economía”, manifestó.

Según cifras del Municipio, unos mil locales comerciales resultaron afectados en la zona cero de Portoviejo, lo que equivaldría a unas tres mil personas desempleadas.

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Mientras que los 700 comerciantes informales que se asentaban en la calle Chile, conocida como la Bahía de Portoviejo, fueron reubicados en cinco cuadras de la calle Alajuela.

Danny Zambrano, director de comunicación del Cabildo, dijo que para reactivar la economía hay un proyecto sobre la construcción de un centro comercial para ubicar a 800 comerciantes. (I)

Apuntes
Fundación

Cuatro misiones
Tzu Chi es una organización humanitaria sin fines de lucro, y no gubernamental; está compuesta por cuatro misiones esenciales: la caridad, la medicina, la educación y la cultura humanística. La palabra Tzu Chi en la lengua china significa ‘compasión y alivio’. Fue fundada por la maestra Cheng Yen en 1966, en Taiwán. La fundación posee más de 10 millones de miembros en más de 50 países, y ha ofrecido auxilio en más de 70 países. Hasta ayer, en Manta, Portoviejo, ha dado trabajo a 6.000 personas.