Al menos 10 personas murieron el lunes durante la jornada electoral en Filipinas, donde un grupo de hombres armados atacó un colegio electoral, anunció la policía.

Las autoridades restaron sin embargo importancia a estos incidentes y estimaron que las elecciones se desarrollaban en un clima de tranquilidad.

Los filipinos votaban el lunes para designar al sucesor del presidente Benigno Aquino. El candidato populista Rodrigo Duterte es el favorito.

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Entre los ataques más mortíferos figuran las siete personas que murieron en la madrugada en una emboscada en Rosario, una ciudad cercana a la capital, Manila, conocida por su violencia relacionada con temas políticos, anunció Jonathan del Rosario, portavoz de la policía.

En Guindulungan, una pequeña ciudad pobre de la provincia de Maguindanao, en el sur del archipiélago, donde actúan milicias privadas, un elector fue ejecutado en un colegio electoral, según la policía.

En otra ciudad cercana a Maguidanao, Cotabato, la explosión de una granada en un mercado causó un muerto.

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Y en la ciudad vecina de Sultan Kudarat, feudo del mayor grupo de rebeldes musulmanes del país, unos 20 hombres armados penetraron en un colegio electoral y se llevaron las máquinas para votar.

En la provincia de Abra, en el norte, un tiroteo entre seguidores armados de formaciones políticas rivales causó un muerto y dos heridos, según una portavoz de la policía local.

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Rowena Guanzon, portavoz de la Comisión Electoral, estimó sin embargo que estos sucesos, que se produjeron en zonas consideradas violentas, no tendrían ningún impacto en el desarrollo de las elecciones nacionales y locales del lunes.

"Hay incidentes aislados", insistió por su parte Noel Detoyato, portavoz del ejército. "Su impacto en los comicios es limitado".

Antes del lunes, 15 muertes vinculadas con las elecciones habían sido registradas desde principios de año por la policía.  (I)