A doce días de que el quiteño Santiago Navarrete fuera rescatado de entre los escombros de un hotel en Canoa, provincia de Manabí, por el terremoto del 16 de abril, el joven, de 27 años, fue dado de alta este jueves en un hospital de Quito.

Pese a las dos operaciones que le practicaron en la pierna derecha, Navarrete perdió la mitad de la misma.

Sentado en un gran sillón de color beige, vistiendo una bata blanca y acompañado de su madre, Laura Méndez, Navarrete cuenta que la noche del terremoto él cumplía el primer día de estar en la playa junto a una amiga.

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De un momento a otro, recuerda, la estructura del hotel de cinco pisos se vino abajo y su pierna derecha quedó atrapada por una columna colpasada, mientras que la parte izquierda de la cabeza era presionada por una plancha de cemento.

Cerca de doce horas el hombre permaneció entre los escombros hasta que fue rescatado por miembros policiales y de socorro. Inmediatamente fue estabilizado, pero la parte inferior de su pierna derecha tenía graves daños.

En primera instancia fue remitido al Hospital Universitario de Bahía de Caráquez y luego fue llevado vía aérea a Guayaquil. Ahí se enteró de que la amiga con la que viajó había fallecido.

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Días después fue intervenido en el hospital Metropolitano, de Quito, donde se le adecuó parte de la rodilla para la utilización de una prótesis.

El médico tratante, Leonardo Febres, explicó que el traumatismo por aplastamiento generado por un terremoto produce una enorme presión que no puede ser soportado por ninguna parte del cuerpo.

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Navarrerte, hoy, afirma que aprovechará esta nueva oportunidad de vida que tiene y volverá a trabajar en el área de venta de carros. (I)