Iba a ser el mediodía y Susana Andrango, de 52 años, se acercó ayer a una tienda a comprar una gaseosa de litro y unos panes. Trabaja en la construcción y ese dijo que sería el almuerzo que compartirá con un compañero de una obra en el centro norte de la capital. Por eso, no está de acuerdo con el incremento a las bebidas azucaradas que plantea la Ley Orgánica de Equilibrio de las Finanzas Públicas, que se discute en la Asamblea.

Cuenta que su presupuesto es de $ 1 para su almuerzo al día y que por el trabajo duro que desempeña lo más económico y agradable que puede comprar es eso.

Del otro lado del mostrador, Fernanda Almeida, dueña de una tienda del sector, considera que su negocio se verá afectado por la baja de las ventas: “Así es siempre, cuando sube el precio bajan las ventas”. Según ella, no es el momento para un alza, pues los clientes sienten afectado su bolsillo. Hernán Trujillo, de una tienda vecina, asegura que las ventas sí bajarán, pero confía en que luego el consumo se normalice.

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Consumidores y tenderos y otros sectores, como el agro e industria transformadora, componentes de la cadena de la industria alimentaria, serán afectados con la ley que propone el Gobierno, asegura el presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), Christian Wahli.

Según estudios que ha realizado el gremio, tras la medida habría una caída de ventas del 39%. La industria produce 1.036 millones de litros de bebidas gaseosas y tomando en cuenta que a cada litro se le pondría $ 0,25 de impuesto, entonces estiman que la recaudación podría llegar a $ 259 millones, que es el 341% más de impuesto.

Para Wahli, al incrementarse el 44% el precio de esas bebidas se afectan 120.000 “tiendas mínimas”, cuyo presupuesto mensual para las bebidas es de $ 100 al mes. La Anfab calcula que existen unos 22.000 puntos en riesgo de cerrar.

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Wahli también explica que, pese a que la industria ingresó a un sistema de etiquetado de semáforo, la ley no toma en cuenta los esfuerzos que se han hecho para mejorar esa semaforización. Con el actual proyecto se pone impuesto de igual manera a la bebida que tenga 0,25 gramos de azúcar o su equivalente en edulcorantes, agrega.

En tanto, la asambleísta Vanesa Fajardo (AP) ha hablado de poner impuesto a los snacks, lo cual fue también rechazado por Wahli. (I)