Al menos 22 muertos y un centenar de heridos deja el derrumbe de un paso elevado en Calcula, India, este jueves, declaró el ministro de Gestión de Desastres del estado de Bengala occidental, Javed Ahmed Khan.

En cuanto a los heridos, los últimos datos indican 92 personas, según Anil Shekhawat, portavoz de la fuerza nacional de intervención para las catástrofes (NDRF).

En el lugar trabajan equipos de rescate con herramientas, detectores de vida y perros entrenados, en busca de personas que continúan atrapadas entre los escombros. 

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Al principio la gente acudió a ayudar con las manos desnudas, mientras llegaba el ejército para coordinar el rescate. Después, los residentes seguían trabajando junto a los rescatistas, armados de palos de bambú, con el objetivo de encontrar sobrevivientes.

Los familiares de personas desaparecidas también acudían desesperados al lugar. "Todo se terminó", gritaba Parbati Mondal, cuyo marido, un vendedor de fruta, está desaparecido.

Los obreros estaban trabajando cuando una sección de 100 metros se derrumbó sobre una calle atestada de transeúntes y vehículos. En el lugar había una grúa levantando un coche de los escombros y se veía un autobús debajo del paso derrumbado, pero no estaba claro si llevaba pasajeros.

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Un obrero que resultó herido dijo a la AFP que durante la mañana los tornillos de la estructura comenzaron a aflojarse.

"Estábamos pegando dos vigas de acero para los pilares, pero las vigas no soportaron el peso del cemento", dijo Milan Sheij, de 30 años, que después fue llevado al hospital para ser atendido.

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La construcción del paso de dos kilómetros de largo comenzó en 2009 y debía estar terminada en 18 meses pero ha sufrido una serie de retrasos.

Los accidentes durante las construcciones son frecuentes en India, donde las leyes de seguridad laboral son débiles y muchas veces se utilizan materiales de mala calidad.

Muchos residentes de la zona abandonaron el lugar por miedo a que el resto de la estructura se venga abajo.

Un testigo dijo que se escuchó un fuerte ruido y que "en el lugar parecía que hubiera estallado una bomba y que había humo y polvo".

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"Escuchamos un enorme estruendo y nuestra casa sufrió una fuerte sacudida. Pensamos que se trataba de un sismo", dijo Sunita Agarwal, residente de la zona de 45 años. "Nos fuimos. No sabemos lo que va a pasar", contó.

Mamata Banerjee, de la autoridad regional de Bengala Occidental, dijo que quienes resulten responsables de la tragedia no saldrán impunes.

P Rao, representante de la empresa de construcción india IVRCL, que recibió la concesión, describió el desastre como "un acto de Dios".

A la firma se le dio en 2009 un plazo de 18 meses para terminarla, con un presupuesto de 25 millones de dólares, pero siete años después un 55% de la obra sigue sin estar completada.

El desastre se produce pocos días antes del inicio de la final del Mundial de Cricket T20, que atraerá a miles de aficionados el domingo a la ciudad. (I)