Tras la entrada en vigencia del Código Monetario, en septiembre del 2014, las compañías de seguros tuvieron que ajustarse a mayores exigencias de capital y garantizar más reservas. Luego de 18 meses no solo que continúan acoplándose a esos cambios, sino que enfrentan una economía que se debilita y, por tanto, les ofrece menos posibilidades de negocio.