Con la cédula en mano un grupo de jóvenes formaba ayer una larga fila afuera de la Dirección de Movilización de las Fuerzas Armadas, por el lado de la avenida Democracia. Cerca de las 09:00, la formación se extendía en medio de un cercado metálico con el que se cerró el acceso a esta calle, desde la Pedro Menéndez Gilbert, en el norte.

Mientras, adentro de la sede militar, debajo de las carpas que se instalaron en el patio principal, otros aspirantes al acuartelamiento ya se practicaban los chequeos médicos, y algunos eran encuestados como parte del último paso previo a la designación del sitio en el que cumplirían la conscripción.

Entre estos últimos aspirantes al servicio militar voluntario había chicos como Víctor Hugo Rivas, quien llegó a las inmediaciones de la Dirección de Movilización a las 09:00 del jueves, con una mochila al hombro.

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“Quiero salir adelante, ser alguien en la vida. Me gustaría seguir la carrera militar”, comentó Rivas, quien con 18 años este periodo lectivo iba a tercer año del bachillerato.

El joven contó que antes de presentarse al acuartelamiento, que ayer correspondió a la primera llamada de la leva de 1997 con opciones también para los nacidos entre el 94 y 96, habló con sus padres, pues considera que la conscripción (ahora de seis meses) es una oportunidad para conseguir trabajo.

“Allí a uno le enseñan oficios, si no me puedo quedar en la carrera militar, puedo aprender algo que me sirva para cuando salga a buscar trabajo”, citó.

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Con él coincide Alain Campoverde, joven nacido en 1995, que llegó a presentarse a las 08:00 del viernes. “Es complicado conseguir ahorita trabajo, y parece como que la fuerza militar ofrece mejores beneficios en eso”, afirmó.

Él refirió que aprobó el tercer semestre de Ingeniería en Sistemas en la Universidad Salesiana, que sus padres le ayudan con los estudios, pero que ya no quiere ser una carga para ellos. “Ya no quería que mis padres me mantengan. Yo trabajé en los cines, en áreas de venta, pero todo eventual”, dijo.

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Tanto Campoverde como Rivas y otros aspirantes que esperaron hasta tres días para la selección del servicio militar, soportaron las lluvias sostenidas de los últimos tres días. Trataron de escampar en los locales comerciales del sector, pero cuidando de no distanciarse mucho de la entrada a la Dirección de Movilización.

Por el lado de la Pedro Menéndez se concentraron los padres de familia que acompañaron a los aspirantes. Sentados en el filo de la vereda, algunos esperaban saber si sus hijos habían pasado los filtros.

Gladys Montenegro llegó con su vástago a las 07:00 de ayer. La mujer mencionó que su hijo reprobó el primer año de bachillerato y por eso ambos se inclinaron por el servicio militar como una opción.

“Sí, puede que siga la carrera militar y si no, que salga a terminar sus estudios, pero estoy segura que la formación que recibirá en el cuartel será buena”, acotó la madre de familia. (I)

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La jornada
Acuartelamiento

En Guayaquil
En la Dirección de Movilización de Guayaquil el cupo fue de 1.017 jóvenes, pero se estima que se presentaron más de 3.000. Quienes aprobaron los exámenes fueron llevados a Zamora Chinchipe, Loja, Morona Santiago y Galápagos.

A nivel nacional
En el país el cupo disponible fue de 5.000 chicos.