Pocos minutos han pasado desde las 05:00 del miércoles último y dos quiteños, un cotopaxense y seis fluminenses son los primeros en una fila que a esas horas ya tiene 27 personas que buscan conseguir un trabajo en la fase dos de la construcción del Metro de Quito. El frío es penetrante en el descampado enmallado de la avenida Huayanay Ñan, en Quitumbe.

Aunque a las 08:00 se iniciaba el proceso de cuatro horas diarias para recolectar hojas de vida, los interesados empezaron a llegar al sitio desde las 03:00. Ese fue el caso de Henry Mieles y cinco amigos que salieron de Buena Fe (Los Ríos) a las 23:00 del día anterior, con la esperanza de conseguir un puesto de capataz o ayudante.

Los fluminenses, quienes tienen entre 21 y 44 años, dicen contar con experiencia en la constructora encargada del proyecto, la brasileña Odebrecht, pero desconocen cuáles son las ramas que se necesitarán en los 42 meses que tiene de plazo la construcción total, incluidos seis meses de prueba.

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El 19 de enero pasado, el alcalde de Quito, Mauricio Rodas, inició la construcción de esta fase de la obra, que además de la edificación del Centro de Operaciones, las cocheras y el túnel subterráneo, incluirá el armado de trece de quince estaciones previstas.

Esta inversión, para Rodas, se transforma en una oportunidad laboral ante la grave situación económica que se vive. Según el Municipio de Quito, cerca de 20.000 puestos de trabajo directos (5.000) e indirectos (15.000) se generarían a partir de esta construcción.

Ante esta posibilidad, Milton Moreno, ingeniero en Sistemas con experiencia en fiscalización, buscaba dejar su carpeta para un puesto de conductor.

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El quiteño de 45 años, quien llegó a las 04:00 a la estación Quitumbe, hasta hace dos meses trabajaba en Petroamazonas, en Orellana, de donde salió por recorte de personal. Ahora, cuenta, los ahorros se le acaban y no sabe qué hacer para, por ejemplo, cancelar un crédito de $ 20.000 que hizo para que su hijo estudie Psicología.

Una historia parecida cuenta Jaime Villacís, de 42 años, quien llegó a Quitumbe desde Píllaro (Tungurahua). Hace cinco meses, él junto con un centenar de personas fueron despedidos de un consorcio chino que realizaba trabajos en el proyecto Sopladora. Villacís es chofer profesional.

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“En todo lado reciben carpetas, pero dicen que están despidiendo a personas porque no hay dinero. Debo sostener a dos hijos y una esposa y con cachuelos (trabajos momentáneos) no se puede”, explicó.

Son las 08:20 y comienzan a pasar grupos de 30 personas para dejar su carpeta. La fila total sobrepasa las 150, pero Jaime C., un vendedor de comida que está desde hace catorce días en la zona, asegura que en los primeros días se quintuplicaba esa cifra.

Datos de la empresa Metro de Quito revelan que hasta el 22 de enero pasado, aproximadamente 7.290 hojas de vida han sido receptadas como posible mano de obra.

Desde esta semana ConQuito, instancia del Municipio de Quito a cargo de la Secretaría de Productividad, apoya este proceso con la recepción de carpetas y la elaboración de una base de datos. Álvaro Maldonado, secretario de esta cartera, dijo que la contratación se dará en la medida que avance el proyecto y que es el consorcio Acciona-Odebrecht el que tomará la decisión final sobre este tema.

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Horas de espera terminaban en poco más de diez minutos, que es lo que demoraba la entrega de carpetas, para optar por uno de los 34 oficios y profesiones que el proyecto requerirá, según Metro de Quito.

Para las 09:00 la fila sobrepasaba los 250 aspirantes. (I)

Datos sobre
II Fase de trabajos

Sin límite para entrega
Por la naturaleza del proyecto, no existe una fecha límite para la entrega de hojas de vida de parte de los interesados en optar por una plaza de trabajo en la construcción de la segunda fase del Metro de Quito.

Oficios y profesiones
En 42 meses de construcción del Metro se requerirán como mano de obra nueve tipos de oficios, siete tipos de operadores, nueve tipos de especialistas, ocho tipos de técnicos e ingenieros y un tipo de personal administrativo.