Los regalos o presentes que reciban las instituciones de la administración pública central serán considerados como patrimonio de la entidad y podrán ser rematados para obras de beneficencia.

De acuerdo con el decreto 870, suscrito el lunes pasado por el presidente Rafael Correa, dichos regalos podrán ser rematados y los valores obtenidos se destinarán a la beneficencia.

Mientras, aquellos que tengan un valor histórico deberán ser entregados al Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC).

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Si la autoridad recibe un presente “estrictamente personal”, cuyo valor no supere el salario básico, “no se considerará entre los bienes que podrán ser ingresados a las instituciones”, cita el documento.

Los regalos que reciban por la condición de autoridades o dignatarios del país y que su costo supere el salario básico permanecerán en las entidades.

Se hará un inventario, y podrán rematarse, y de igual forma su valor será entregado para obras benéficas.

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El mandatario exhorta en este decreto a que la Contraloría emita las normas de control para que se cumpla esta política, que deberá extenderse a todo el sector público.

De esta forma, se reformó la disposición quinta del reglamento a la Ley de Servicio Público, en la que los presentes podían ser vendidos, subastados o rematados y lo recaudado pasaba a la cuenta única de la institución. (I)