Fue hace dos años cuando el colectivo Cerros Vivos alcanzó notoriedad pública al lograr que 1.800 m² que habían sido vendidos como parte de una área para la construcción de un conjunto de condominios en el denominado Cerro Paraíso, un pulmón verde del sector, sean devueltos a la comunidad, ya que en esa superficie funcionaban canchas deportivas y un mirador. Luego, también lograron que pararan los trabajos de una cantera en la parte posterior del cerro. Todo a base de llamados de concienciación medioambiental.

¿Pero cómo se formó Cerro Paraíso y quiénes están detrás?

Cerros Vivos es un grupo humano que trabaja por la Conservación del Cerro Paraíso con evento ecoculturales. Está conformado principalmente por moradores de la ciudadela El Paraíso, ecologistas y artistas, siendo sus miembros más activos: Miguel Matute, Mariuxi Ávila, Fernando Félix, Paola Mayer, Lelia Burgos, Patricia Amores, Ernesto Vera, Julio Huayamave, señala cerrosvivos.blogspot.com.

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Ahí mismo señalan que la misión es crear experiencias de vida en contacto con la naturaleza mediante manifestaciones ecoculturales, deportivas y de recreación, y cuya visión es ser una gran comunidad comprometida en la conservación de los cerros y la naturaleza.

El colectivo nació de la mano del grupo ThAMÉ Teatro de Artesanos, formado por la pareja de esposos y artistas Mariuxi Ávila y Julio Huayamave, que venía trabajando en el sector de las canchas y mirador del cerro Paraíso de manera sostenida desde el 2007, en acciones de recolección de basura y en experiencias que reconecten al hombre con la naturaleza. Mariuxi siempre ha sido moradora de El Paraíso y era testigo de cómo muchos moradores de la ciudadela no eran conscientes del lugar privilegiado donde viven, pero poco a poco, haciendo alianzas estratégicas comenzaron el programa Domingo en los Cerros, que consiste en un domingo del mes, tener actividades para compartir en familia y en contacto con la naturaleza.

“Al principio este era un lugar abandonado, no había administración, había gente que vivía cerca y nunca había subido, había gente que solo subía a hacer deporte, pero no tenía conciencia de que era un lugar privilegiado que había que conservar. Nosotros encontramos basura de años en el lugar, porque no era cuidado para nada, pero se fueron integrando a través de las presentaciones artísticas, hoy incluso se hacen sobre el lugar proyectos de graduación para algunas carreras de universidad, se hacen recorridos, estudios de campo”, manifiesta Mariuxi.

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A ellos se fueron sumando moradores de la ciudadela, algunos de toda la vida como Miguel Matute, quien ha vivido ahí las 43 años que tiene de edad, y cuyo padre desde niño lo llevaba a pasear al cerro a bañarse en su cascada. “Ahora se han unido no solo moradores de aquí sino gente de afuera, ingenieros, biólogos, arquitectos, abogados, lo que ha hecho que el grupo se enriquezca cada día y hemos ido logrando convenios con universidades como la Casa Grande, la Santa María, la Estatal, con el Ministerio de Cultura, del Ambiente”.

Lamentablemente, dice Miguel, los guayaquileños somos bastante individualistas y hay una falta de apreciación por el espacio público, pero sabemos que es un proceso y ene so estamos. (I)

Los guayaquileños somos bastante individualistas y hay una falta de apreciación por el espacio público”.Miguel Matute, Miembro de Cerros Vivos