El gobierno uruguayo sancionó a una de las familias de refugiados sirios con la suspensión durante un mes de al menos parte del dinero que reciben como ayuda para adaptarse al país, afirmó este miércoles uno de sus integrantes.

"Ellos cortaron todo. Durante un mes esta familia siria no tiene plata, no tiene nada. Un mes completo", dijo Ibrahim Alshebli, de 21 años.

Ibrahim es uno de los 15 hijos de Merhi Alshebli, quien en octubre se roció con combustible a modo de protesta y fue denunciado ante la justicia por agredir a funcionarios uruguayos.

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Según Ibrahim, la supresión de la ayuda monetaria se les explicó como un castigo por haber incumplido las obligaciones de todo refugiado, una de las cuales es no cometer actos de violencia doméstica.

Un funcionario del gobierno uruguayo que pidió no ser nombrado por no estar autorizado a hacer declaraciones dijo que los refugiados tienen como obligación no cometer ningún tipo de acto violento y que eso consta en los documentos que regulan su situación.

El funcionario confirmó la existencia de la sanción a la familia Alshebli, pero manifestó que esta solo afecta a una de las dos partidas de dinero que se les otorga cada mes. Además, agregó se les dio un surtido de comida para que no tengan problemas alimenticios.

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Un documento oficial en poder del joven sirio titulado "Derechos y obligaciones de las personas refugiadas" incluye en las causales no solo a actos de violencia física sino también "la psíquica o emocional, la sexual y la patrimonial".

Ibrahim sostuvo que a raíz de la sanción "hay días que en mi casa falta la comida". El joven se encuentra trabajando en una empresa metalúrgica en un suburbio 30 kilómetros al este de Montevideo con un sueldo equivalente a unos 475 dólares mensuales y duerme en la propia empresa.

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Su familia vive en Juan Lacaze, una pequeña ciudad 150 kilómetros al oeste de Montevideo.

El secretario de Derechos Humanos, Javier Miranda, de quien depende el plan de acogida a los refugiados sirios, no respondió a las solicitudes de declaraciones.

Los Alshebli y otras cuatro familias sirias fueron acogidas por Uruguay en 2014 durante la presidencia de José Mujica (2010-2015). Al llegar, las familias totalizaban 42 personas, pero algunos otros integrantes se sumaron con el correr de los meses.

Tras vivir un año en el país, los sirios se quejan de que Uruguay es un país caro y falto de oportunidades, y sostienen que no podrán mantenerse cuando termine un plan de asistencia estatal que les otorga vivienda y dinero por un año más.

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Desde que estalló la guerra civil en 2011, más de 4'000.000 de sirios han abandonado el país, según cifras de Naciones Unidas. (I)