Fue doloroso para la cantante Fresia Saavedra Gómez perder placas de reconocimiento, discos, recortes de periódicos, fotos y demás tesoros acumulados en siete décadas de trayectoria artística.

La aflige además la pérdida de cinco gatos, asfixiados por el humo del incendio que consumió sus enseres en mayo pasado, en la cdla. Samanes, en el norte de Guayaquil.

La Señora del Pasillo, como se la conoce a la artista guayaquileña, nacida en septiembre de 1933, fue uno de los personajes condecorados por el Gobierno en la reciente sesión por los 195 años de independencia del Puerto Principal.

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“Nací en el corazón de Guayaquil, en Chanduy (hoy García Avilés) y 9 de Octubre”, comenta Saavedra con jovialidad, evocando esos años agradables en el centro.

Saavedra, madre de la también cantante Hilda Murillo, afirma que su vida artística empezó a los 5 años. “Al artista no se lo hace, se lo pule, ya nace. Dios nos da un don a cada uno, el de pintar maravilloso; a otro, de cantar; a otro, de ser buen médico, buen abogado; es el talento, lo que tenemos es que inculcar y ser buenos”, reflexiona la artista, con larga data además en el magisterio, donde llegó a ser supervisora de Educación.

Hoy enseña canto en el Museo de la Música Julio Jaramillo, en Puerto Santa Ana.

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“El cantar no solo es decir yo canto; es saber cantar, transmitir al público, porque unos pueden cantar precioso, afinados, pero no llegan, no transmiten lo que está diciendo”, dice y evoca lo exigente que eran los compositores que cedían sus temas a los artistas que se presentaban en las radios América y Cóndor, en la década del cincuenta.

Mientras acaricia el pelaje de la gata que mantiene consigo en la urbanización La Joya, en La Aurora, donde se mudó tras el incendio, Saavedra recuerda a Francisco Paredes, Nicasio Safadi, Carlos Silva, Carlos Rubira y Carlos Solís Morán como aquellos autores que exigían que “al cantar sus canciones sea (las interpreten) como ellos lo han sentido, como ellos lo han hecho para que se canten”.

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La Señora del Pasillo admite que “la acalora” que temas tradicionales sean regrabados en otros géneros. Nombra al tema Las tres Marías. “La han hecho guaracha, porro, yo qué sé qué ritmo”, critica la artista, la cual hizo dúo con Julio Jaramillo, que entonces no era muy conocido. Con él grabó seis temas para la disquera Cóndor, que dirigía su extinto esposo Wacho Murillo.

“Dos salieron aquí, cuatro en Colombia porque había un intercambio. De allá mandaron discos de Olimpo Cárdenas y de aquí, de Julio Jaramillo conmigo. Así Julio empezó a ser escuchado, tuvo éxito, sus discos empezaron a venderse, entonces lo llamó una casa disquera y firmó un contrato de exclusividad”, dice.

Saavedra, quien considera que su voz aún está entera, se muestra orgullosa del calor del público que pide sus pasillos, no solo aquí sino en el exterior. No falta desde hace 15 años al desfile que organizan los ecuatorianos residentes en Nueva York (EE.UU.). “El grito que pegan, ¡Fresia!, ¡Hilda!, es una locura”, comenta orgullosa la cantante. (I)

Los homenajes deben ser en vida, por lo menos para disfrutarlos, no cuando uno está muerto. Julio (Jaramillo) no tuvo oportunidad de que le den un homenaje como le dan ahora...”.Fresia Saavedra, Cantante