Actualizado a las 19:06 del 22 de septiembre de 2015

Una vez más, Carmen Anchundia, de 63 años, salió del edificio de la flamante Consulta Externa del hospital del IESS Teodoro Maldonado Carbo con la frente alta, pero con los ojos cristalinos, rojos, cargados de lágrimas.

Empujaba la silla de ruedas de su esposo, Ángel del Valle, camino hacia la farmacia pensando de dónde sacar el dinero para comprar las tres medicinas más importantes y caras que no le habían dado en ese centro médico.

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“No puede caminar, ahora mismo tiene dolor, le mandan ranitidina y digeril, tampoco hay”, dice al borde de la desesperación y mostrando las recetas que le dio el médico.

“Yo sufro de cáncer, para eso me hacen quimioterapia, justamente mañana me toca una sesión, pero en ninguna sesión me facilitan inyecciones carboplatinos, necesito tres por cada sesión, $ 33 vale cada una”, cuenta Ángel, empleado del Ministerio del Interior en Calceta, Manabí, y aportante del IESS desde hace 37 años.

Tan devastadora como la propia dolencia es que los médicos le informen a Ángel que no le pueden dar la medicina con la cual podría combatir una enfermedad tan catastrófica como el cáncer en los huesos que padece, un mal que ya invadió todo su cuerpo, que se convirtió en metástasis.

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No es la primera vez que le dicen: “No hay, compre afuera”. La escasez de medicamentos oncológicos para los tratamientos de cáncer se repite con frecuencia en el segundo hospital más grande del IESS, el Teodoro Maldonado Carbo en Guayaquil. El primer desabastecimiento comenzó a principios de año y duró casi tres meses.

Videos sobre supuesta manipulación

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Sobre la entrevista a Ángel del Valle, la cuenta Twitter del Hospital Teodoro Maldonado Carbo publicó tres videos en los que asegura que el paciente desmiente versiones entregadas a este Diario. Dice que él agradece la atención que le dan los médicos especialistas.

Paciente oncológico #NuevoHTMC desmiente versiones del Diario El Universo y agradece atención a médicos especialistas pic.twitter.com/V51SO8OY2r

Paciente oncológico del #NuevoHTMC destaca la atención que ha recibido por mucho tiempo de especialistas de primera pic.twitter.com/FTojz2EZjo

Paciente del #NuevoHTMC entrevistado por Diario El Universo, asegura que fue manipulado por el medio de comunicación pic.twitter.com/s6apU9dba4

Farmacia

“Estamos abasteciéndonos, están llegando poco (...). Llegan para un mes como contingente, mientras el proceso normal se eleva rápidamente”, indicó Belén Moreno, jefa de la farmacia, al ser consultada por este Diario en marzo pasado.

El proceso “normal” al que ella se refería comprende un trámite de 14 requisitos que se aplican para toda compra de medicinas, insumos, reactivos, utensilios o piezas de equipos médicos.

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Un procedimiento que puede tardar tres, cinco o siete meses, incluso más si se trata de medicamentos para enfermedades como el cáncer y que no constan en el cuadro básico de medicamentos del Ministerio de Salud Pública (MSP) como, por ejemplo, el nilotinib de 200 miligramos.

La compra de 43.200 cápsulas de este fármaco, vital para pacientes con cáncer crónico o leucemia aguda, estaba prevista en el Plan Anual de Contrataciones de 2015, elaborado por el hospital en 2014. Sin embargo, recién el 5 de abril, incluso dos meses después de declararse la emergencia en el hospital, la entonces gerente, María Jesús Torres, escribió en un memorando dirigido a la jefe de contratación, Karin Cueva Santistevan: “Proceder compras públicas con la adquisición”. Han pasado cinco meses y el fármaco requerido aún no llega.

Hasta el 11 de septiembre se encontraba en el octavo trámite, le faltaban cinco pasos para alcanzar al punto trece donde se cumple la entrega-recepción de la medicina en la bodega hospitalaria. El 1 de septiembre se había iniciado la compra en el portal del Servicio de Contratación Pública, Sercop. Lo mismo ocurrió con la compra de insumos para la Unidad de Diálisis, donde se atiende a 270 pacientes con insuficiencia renal.

La jefa de la unidad, Nelly Jiménez Reyes, pidió, el 29 de julio, al coordinador encargado de Diagnóstico y Tratamiento, Luis Jairala Zunino, que se compren los insumos para cuatro meses, y recalcó: “el tratamiento de diálisis no se puede interrumpir por falta de insumos, ya que pone en riesgo la vida de los pacientes”. Documentos que justifican la compra señalan: “este pedido corresponde al primer cuatrimestre del año, debido a que por múltiples razones administrativas no se han podido realizar en los tiempos adecuados”.

Casi dos meses después, los insumos no llegan. Recién el miércoles 9 de septiembre, el gerente encargado, Luis Martínez Castillo, hizo pública la convocatoria para que las empresas interesadas en vender los productos presenten sus ofertas.

Ese mismo día, Martínez dispuso el inicio de una compra de tubos para tomas de muestras pedida el 8 de junio por el jefe de la Unidad de Patología Clínica, Walter Montenegro. Entre los soportes de la solicitud constan certificados que señalan: “este material no existe en stock en bodega general”.

Al día siguiente, el 10 de septiembre, Martínez autorizó que se invite a la empresa Siemens S.A. para que provea e instale una pieza del sistema criogénico del equipo de resonancia magnética, una máquina de alta definición que detecta las fallas del organismo de miles de pacientes del hospital; la pieza ya cumplió los seis años de vida útil. El proceso se inició siete meses después de que el 18 de febrero Carlos Hidalgo, excoordinador de Diagnóstico y Tratamiento, advirtiera a la entonces directora médica, Johanna Alcívar Zambrano, que la pieza “aún no da señales de fallas, pero pudiera colapsar definitivamente de manera abrupta”.

Los tiempos que toman la adquisición de medicinas, insumos o reactivos contrastan con la celeridad con la que avanzan tres obras físicas en el hospital: la creación de una subestación eléctrica, nuevos quirófanos y el sistema de alcantarillado.

Esto ocurre, explica el supervisor del Ministerio de Salud Pública en el hospital, Jonás Gonseth, porque la emergencia no rige para fármacos. “Lo único que podemos subir al portal de compras públicas por declaratoria de emergencia son procesos de arquitectura, de infraestructura sanitaria, nada de medicamentos”. (I)