Con su eslogan: "ni corrupto ni ladrón", el rechazo a la corrupción le abrió el camino a Jimmy Morales, un cómico de la televisión.

Dicen que es un “oportunista” y un “producto” de la crisis política que atraviesa Guatemala. Pero Jimmy Morales, un excomediante que durante 15 años estuvo al aire con un programa de televisión abierta, de amplia sintonía local, es la nueva sorpresa en el escenario guatemalteco y podría dar la sorpresa en las elecciones presidenciales de hoy en el país centroamericano.

Morales decidió dejar atrás las pantallas y postularse como candidato presidencial por el nuevo colectivo del partido Nación y Frente de Convergencia Nacional (FCN-Nación), y es visto por muchos como una alternativa a los candidatos tradicionales.

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El excomediante de 46 años ha tenido un rápido ascenso.

Jimmy Morales tiene escasa trayectoria política. En 2011 intentó dar sus primeros pasos y se lanzó como candidato a alcalde de Mixco, municipio cercano a la capital, pero no salió electo. En la industria cinematográfica, en cambio, tiene trayectoria: actuó en siete películas, ha sido director y productor, y estuvo al aire por más de una década en el programa de comedia Moralejas, donde participó con su hermano, por lo que es conocido por gran parte de los guatemaltecos. Morales es licenciado en administración de empresas y de medios de comunicación.

Con poco más de cuatro meses de campaña, el candidato ha ido ganando terreno en una Guatemala marcada por las protestas ciudadanas en contra del ahora expresidente Otto Pérez, quien renunció el jueves y ese mismo día quedó detenido luego de las denuncias que lo apuntan como líder de una red de corrupción aduanera en el caso “La Línea”.

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Gracias a este escenario, Morales ha logrado una inesperada arremetida. Hasta el momento su inexperiencia le ha servido para mostrarse como un “apolítico”, algo que lo ha potenciado. En su campaña televisiva su eslogan “ni corrupto, ni ladrón” acaparó simpatías, y le ha dado especial énfasis a las redes sociales; en su página de Facebook, donde tiene a más de 400 mil seguidores, responde cada uno de los comentarios. “Cuando la ciudadanía cuestiona la oferta política, un ‘no-político’ o outsider tiende a repuntar electoralmente”, escribió el analista Phillip Chicola en El Periódico.

Sin embargo, sus rivales dicen que en caso de ganar no tendría con quién gobernar, que no posee propuestas concretas y lo han vinculado con una línea militar conservadora, ya que el FCN fue fundado por exmilitares. (I)