Wilson Pinto - Sandra Ochoa - Víctor Gómez - Amparito Rosero
Pimampiro - Nueva Loja - Cuenca

Los continuos deslaves por las lluvias durante esta semana han bloqueado tramos de cuatro carreteras que comunican la Sierra con la Costa. Además, otros aludes en la vía que conduce al cantón Pimampiro, en Imbabura, impiden el paso de moradores de ocho comunas.

Hernán Macas, presidente de la Cámara de Comercio de Lago Agrio, dijo que se teme que si continúan las interrupciones en dos vías de ingreso a la provincia de Sucumbíos, los productos se podrían encarecerán en esta zona fronteriza.

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Ante los bloqueos por derrumbes en la ruta Papallacta-Baeza (Pichincha, Napo y Sucumbíos) los transportes deben utilizar la vía Baños-Puyo-Ambato; sin embargo, esta también ayer estuvo bloqueada por deslaves. En igual situación está la carretera Tulcán-La Bonita, en Carchi y Sucumbíos.

Los pasajes entre Lago Agrio y Quito se elevaron a $ 14, entre $ 2 y $ 3 más de lo que se ha cobrado por la vía Baeza-Papallacta. “Nos informaron que en 15 días se habilitará”, dijo Luis Chuquimarca, de la Unión de Cooperativas de Transporte Terrestre de Sucumbíos.

El Ministerio de Transporte y Obras Públicas reportó en su web que el COE de Napo decidió que no se declare emergencia a la vía Baeza-Papallacta y dio un plazo a la empresa encargada del mantenimiento.

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En la vía Baños-Puyo ayer la fila de carros se formó desde Agoyán hasta la terminal de Baños (alrededor de 2,5 km). Los derrumbes se reportaron principalmente en La Merced y en San Francisco.

En tanto, en Pimampiro, Imbabura, constantes lluvias y fuertes vientos han provocado deslaves y caídas de árboles, lo cual ha dejado al menos a 1.200 personas incomunicadas, según informó Óscar Narváez, alcalde de este cantón.

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Cultivos de granadilla, taxo, tomate de árbol y otras frutas se han destruido. Ayer los productos quedaron abandonados en la vía Pimampiro-El Cebadal, porque al menos 15 aludes bloquearon el paso de vehículos.

Magdalena Andrade dijo, mientras cruzaba un charco con su hijo en la espalda, que sus otros dos hijos estudian en Pimampiro y los aludes les complica ir a la escuela. “Mi esposo los lleva en moto en un tramo y luego deben caminar”, dijo. (I)