Era la primera vez en más de 50 años de vida que viajaba a Guayaquil. Y lo hizo por defender a su hija, María T., investigada porque supuestamente contrató a dos sicarios para asesinar a una mujer.

Se trata de José T., oriundo de Otavalo, provincia de Imbabura, quien dice que su hija es inocente de esas sospechas y asegura que más bien fue víctima de presuntos extorsionadores.

La detención de María se produjo la noche del miércoles 27 de mayo en su ciudad natal, después de que dos presuntos sicarios aprehendidos ese mismo día en Guayaquil la habrían delatado como la mujer que los contactó por vía telefónica para cometer un crimen.

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Según la Policía, los dos sujetos, José G., de nacionalidad colombiana, y Luis R., serían miembros de una banda que promociona el sicariato a través de una página de internet.

Un parte de la institución señala que María T. habría confesado el trato con los presuntos sicarios y el depósito de dinero en una cuenta bancaria.

No obstante, Héctor Vanegas, abogado de José T., rechazó la actuación policial y cuestionó la veracidad del parte de detención. Aseguró que los agentes no están facultados para interrogar a su clienta sin la presencia de su defensor ni un fiscal.

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No negó el depósito bancario, pero aclaró que se hizo porque venía siendo extorsionada. “Estos ciudadanos aprehendidos les dicen de buenas a primeras que ellos son sicarios y que van a matar, y que han recibido el depósito de una persona. Con esa información y sin verificar si este hecho es cierto, ni el motivo por el cual se hizo el depósito, avanzan hasta Otavalo, detienen a una mujer indígena, la sacan de su casa y la traen a Guayaquil”.

Vanegas indicó que pedirá la revocatoria de la prisión preventiva, por considerarla ilegal. “Pero la parte más grave, ¿a quién iban a matar? Aquí (en el parte policial) no aparece ni siquiera el nombre de la persona a la que iban a matar, entonces la detienen porque supuestamente iban a matar a una persona inidentificada, en qué cabeza se le ocurre que puede haber sicariato si no hay identificación de víctima...”.

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Cristian P., novio de María, dijo ayer que su pareja no había mencionado la supuesta extorsión por miedo y que el próximo viernes iban a casarse. (I)