Mientras maquinaria pesada trabajaba ayer en los predios del parque Samanes, que colindan con la iglesia Beata Mercedes de Jesús Molina, en el edificio del Gobierno zonal funcionarios de varios ministerios y representantes de la Iglesia católica se reunieron para coordinar acciones en los preparativos de la misa campal que el papa Francisco oficiará en un espacio de 50 hectáreas.

La reunión de trabajo se hizo necesaria una vez que el viernes pasado la Santa Sede informó que el pontífice había decidido cambiar la locación de la misa campal que inicialmente se programó en el santuario de la Divina Misericordia, en el km 26 de la vía a la costa.

Esto, porque en ese complejo, por cuestiones de seguridad, la Secretaría de Gestión de Riesgos limitó el aforo a once mil fieles y en Samanes el terreno albergaría a más de un millón.

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“Hemos revisado el plano”, dijo el canciller Ricardo Patiño al finalizar el encuentro.

El arzobispo Antonio Arregui resaltó la importancia que tiene para el sector de Samanes revivir una visita papal luego de 30 años de la llegada del hoy santo Juan Pablo II al mismo sitio.

La ministra de Vivienda, María de los Ángeles Duarte, indicó que el templete donde Francisco oficiará la misa el 6 de julio se instalará a 200 metros de la iglesia Beata Mercedes de Jesús Molina. (I)