Han pasado cinco meses desde la aparición del virus de gripe aviar H5N2 en Estados Unidos, y los productores han perdido 21 millones de aves solo en el medio oeste. Pero los científicos reconocen que saben poco acerca del virus que pone en peligro a las poblaciones de pavos y pollos que abastecen a buena parte del país.

Los científicos en el Departamento de Agricultura, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades y otros organismos federales están desconcertados porque el H5N2 sigue propagándose a pesar de las medidas de bioseguridad, mientras que en los gallineros de las casas prácticamente no hay muertes a pesar de su desprotección.

"A esta altura no sabemos mucho sobre estos virus porque se los ha identificado recientemente", dijo la jefa del equipo de prevención y control de influenza del CDC, doctora Alicia Fry. "Estudiamos cuidadosamente la situación porque es algo que no terminamos de entender".

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El brote actual de H5N2 comenzó en diciembre en Canadá y poco después fue identificado en la costa del Pacífico estadounidense en un ave silvestre. Últimamente apareció en establecimientos avícolas de ocho estados del medio oeste, lo que ha obligado a los productores comerciales a sacrificar y procesar a millones de pavos y pollos en Iowa, Minnesota y otros estados.

Los científicos conjeturan que roedores o pequeñas aves que entraron a los corrales en busca de alimento transportaron el virus. Puede ser culpa de las moscas, ya que se encontró el virus aviar en esos insectos durante un brote en Pennsylvania en 1983 y en Japón en 2004. El jefe de veterinaria del departamento de Agricultura postuló la semana pasada que el viento lleva polvo y plumas con el virus.

"Para mí, lo más preocupante es que el mal avanza a pesar de la bioseguridad acentuada", dijo Richard French, profesor de salud animal en el Becker College de Worcester, Massachusetts. "Debemos tratar de descubrir cómo se desplaza e instaurar controles para detenerlo".

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Las medidas de los establecimientos avícolas incluyen mudarse de ropa y calzado antes de entrar a los criaderos, desinfectar los equipos y vehículos y planificar cómo se distribuyen los trabajadores.

A medida que el virus se extiende casi diariamente a nuevos establecimientos, los epidemiólogos tratan de determinar si provino de un ave silvestre o bien de una granja cercana.  (I)