Los servicios de Neonatología y Gastroenterología en el hospital Teodoro Maldonado Carbo del IESS tienen limitaciones para atender a los pacientes. La más preocupante, según personal de salud, es el daño de once equipos en esas áreas.

De nueve respiradores artificiales que había en Neonatología (unidad de cuidados intensivos para neonatos), solo dos funcionan para los pequeños que nacen graves y que necesitan este sistema de ventilación asistida. Los dos estaban ocupados el viernes pasado.

Los restantes están averiados, la mayoría porque ya cumplieron su vida útil. Este tipo de aparatos se debe cambiar cada cinco años, pero tenían hasta 25 años. Sin estos equipos llevan trabajando varios meses, dice un funcionario. Además dos termocunas de transporte presentan fallas por daños en la batería.

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Cuando detectan que la mujer embarazada podría tener un bebé en riesgo, se la deriva a prestadores externos, pero este proceso también se demora horas y hasta días, según personal que pidió la reserva del nombre. Y cuando nacen en este centro bebés delicados se utiliza un aparato manual.

Como cuatro de los quirófanos de Ginecología siguen sin funcionar, los nacimientos han disminuido en el hospital, afirma otro funcionario.

El hospital reconoce que desde hace cuatro meses solo están operativos dos de los nueve respiradores y refiere que en aproximadamente 60 días intervendrán el bloque obstétrico, la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), la sala de lactancia, 4 quirófanos y una sala de paritorio.

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Con la repotenciación de la UCIN, según el hospital, prevén tener capacidad para 22 pacientes con 17 respiradores.

“Actualmente, el área de mantenimiento está responsable de la habilitación de los respiradores no funcionales”, responde esa casa de salud.

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Pero no es el único inconveniente por resolver. En el servicio de Gastroenterología, un equipo de endoscopia digestiva alta y otro equipo de colonoscopia, funcionan. Este último está en mal estado, asegura un empleado. La demanda insatisfecha de pacientes es alta, porque tienen procedimientos represados desde fines del año pasado, agrega.

Hasta octubre pasado, el servicio contaba con tres equipos de endoscopia digestiva alta y tres de colonoscopia, pero en diciembre se dañaron cuatro y quedaron solo con dos. La mayoría de pacientes son derivados a prestadores externos.

Al momento, en el hospital tampoco se estarían realizando procedimientos como el Cepre (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica), que sirve para abrir la entrada de los conductos del intestino, eliminar o pulverizar cálculos, drenar áreas bloqueadas, diagnosticar afecciones como cirrosis biliar y tomar muestras.

No se realiza este procedimiento –sostiene un empleado– por falta de personal, de espacio (no tienen un área, deben prestar quirófano) y falta de insumos, como inyector para la extirpación de pólipos.

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“Es crítico que en un hospital de tercer nivel no se realice el Cepre”, expresa el funcionario, quien alega que continúa la falta de medicinas como ciprofloxacina, tinidazol y albúmina.

“No se puede trabajar así”, coincide personal de este centro, en emergencia desde el 21 de enero y que cuenta con nuevos administradores que han anunciado que se están realizando mejoras en el hospital.

Según otro empleado, en ambas áreas se habría informado de la situación y pedido la restitución de estos aparatos a los gerentes de turno desde el año pasado. (I)

Apuntes
mejorías

Emergencia
A partir de la declaratoria de emergencia se habilitaron camas, salas de espera, espacios en el área de emergencia, se cambió de proveedor de comida, se adquirieron medicinas para pacientes oncológicos.

Gimnasio
El hospital suspendió el 1 de abril el servicio de gimnasio terapéutico. En ese espacio se creará el área de hospitalización pediátrica. Pero en los próximos días presentará opciones de dinámicas deportivas, anunció el hospital.