Con disturbios en Quito y Riobamba, varios detenidos y tres heridos concluyó ayer la Marcha de la Resistencia convocada por el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

El número de aprehendidos y agredidos lo dieron el ministro del Interior, José Serrano, y el presidente de la República, Rafael Correa, quien en una entrevista televisada dijo anoche que una “turba” de manifestantes trató de agredirlo. Sucedió en Riobamba donde encabezó una caravana de simpatizantes con motivo de la inauguración de un centro de salud. Dos personas resultaron heridas y once manifestantes fueron detenidos, agregó.

Serrano sostuvo, en cambio, que en el sector de la Marín se detuvo a dos sospechosos de agredir a un policía y destruir el patrullero en el que el uniformado acudió por denuncias de que ambos tenían bombas molotov.

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Antes, en la plaza de San Francisco se reportó un detenido por supuestas agresiones al equipo de un medio incautado. Pero fue liberado por no existir una denuncia, dijo Ramiro Mantilla, jefe de Policía del Distrito.

Pasadas las 19:30, tras registrarse incidentes entre manifestantes y miembros de la Policía, la plaza fue desalojada.

En la Marcha de la Resistencia se escucharon consignas como: “Un, dos, tres: ¡Abajo, Rafael Correa!”. Las gritaron cientos de obreros, estudiantes, amas de casa, maestros, indígenas y políticos que salieron a protestar por las calles de la capital.

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El aguacero no los detuvo. La marcha en Quito partió a las 16:00 desde la Caja del Seguro y copó más de siete cuadras. El ruido de los bombos ahogaba sus voces en contra de las reformas laborales, enmiendas constitucionales y salvaguardias a productos importados.

Una larga wipala (bandera de colores que usan los indígenas), sostenida por miembros de la Conaie, guiaba la marcha que recorrió las calles 10 de Agosto y Guayaquil, hasta llegar a la plaza de San Francisco. La multitud se congregó ahí, en medio de un fuerte resguardo policial, que impidió el acceso a la Plaza de la Independencia.

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A la caminata se adhirieron, entre otros, miembros de grupos sindicales, del Fondo de Cesantía del Magisterio y de organizaciones de artistas; también la familia de Fernando Villavicencio, exsindicalista sentenciado por injuriar al mandatario.

Pasadas las 18:00, en la plaza de San Francisco, los líderes sindicales e indígenas hicieron un llamado a “la resistencia”.

Édgar Sarango, presidente del FUT, calificó a este suceso como ‘histórico’ por la masiva concurrencia. Y Jorge Herrera, líder de la Conaie, anunció que esta movilización es solo un preludio de lo que será un “gran levantamiento indígena”, pero no precisó fechas para este.

En Guayaquil, en cambio, la marcha salió del parque Centenario y recorrió las calles Lorenzo de Garaycoa, 10 de Agosto y García Avilés. A la altura de la avenida Olmedo, el sobrevuelo de un dron alteró a los manifestantes, pues lo atribuyeron al régimen. Luego, un cordón policial impidió que avanzaran hasta la Gobernación del Guayas.

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Jorge Escala, dirigente de Unidad Popular (antes MPD), indicó que ese bloqueo fue un “abuso del Gobierno”, pero calificó de exitosa la concentración. La marcha concluyó pasadas las 18:00 por la lluvia. (I)