Un juez procesó este miércoles a dos exmiembros del ejército y a un exfiscal militar por el asesinato hace 41 años del folclorista chileno Víctor Jara, elevando a 11 los encausados por la muerte del cantante.

La viuda, Joan Jara, dijo que "hay que celebrarlo a pesar de todo y que esta investigación siga adelante". Agregó que "aquí hay un gran avance".

El juez del caso, Miguel Vásquez, ya había procesado entre diciembre de 2012 y enero de 2013 a otros ocho exoficiales del ejército, incluido el teniente retirado Pedro Barrientos, de quien el magistrado pidió la extradición a Estados Unidos en enero de 2013.

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Los nuevos procesados como autores del asesinato de Jara son los exoficiales militares Hernán Chacón Soto y Patricio Vásquez Donoso, y el exfiscal militar Ramón Melo Silva, como encubridor de los delitos.

Jara fue asesinado en el interior de un estadio habilitado como campo de concentración en los días posteriores al golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. El campo deportivo hoy lleva el nombre del folclorista.

Melo Silva "concurrió a tomar declaraciones oficiales a dicho lugar, desconociendo el destino de las mismas y los informes de autopsia que se le remitieron en su calidad de Fiscal Titular de la Segunda Fiscalía", afirma el fallo.

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El folclorista, un firme partidario del recién derrocado presidente Salvador Allende, fue detenido junto a miles de personas en la Universidad Técnica del Estado, donde impartía clases, y conducido al cercano Estadio Chile, donde fue torturado y asesinado el 16 de septiembre.

El folclorista no se convirtió en un detenido desaparecido gracias a que un funcionario del registro Civil que prestaba funciones obligados en el Servicio Médico Legal de la época lo reconoció y le avisó a su esposa, quien rescató su cuerpo ensangrentado.

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Torturado y asesinado 

Investigaciones forenses posteriores determinaron que Jara, de 41 años, murió acribillado con 44 balazos, tras ser torturado en los camarines subterráneos del recinto deportivo. Las balas de calibre 9,23 milímetros corresponden a "armamento que se utilizaba oficialmente por los Oficiales del Ejército que se encontraban en dicho recinto", dice el fallo del juez.

Sus restos fueron encontrados por su esposa en uno de los pasillos del servicio forense, atestado de muertos durante los días posteriores al golpe militar encabezado por Augusto Pinochet, quien inauguró en septiembre una cruenta dictadura que se prolongó por 16 años y medio, hasta 1990.

La dictadura dejó un saldo oficial de 3.095 opositores asesinados, entre ellos un millar de detenidos desaparecidos, y cerca de 37.000 torturados y detenidos políticos.

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