Los nuevos cambios constitucionales propuestos por el Gobierno apuntan a que los saberes ancestrales de las comunidades aborígenes puedan ser usados en el desarrollo de la ciencia y la tecnología, siempre que exista el consentimiento previo de esos colectivos y su participación en los beneficios. Así lo indicó ayer el secretario de Educación Superior, Ciencia y Tecnología, René Ramírez.