Asesinatos selectivos, conversiones forzadas, secuestros, esclavitud, tortura y persecución sistemática por razones religiosas y étnicas son, entre otras, parte de las violaciones cometidas por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Irak.

Así lo reveló ayer Flavia Pansiera, la Alta Comisionada adjunta de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en la sesión extraordinaria realizada en Ginebra del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

En la reunión de emergencia, los 47 miembros del consejo resolvieron por unanimidad que enviarán una misión para investigar las atrocidades cometidas por el EI en Irak.

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“Nos encontramos frente a un monstruo terrorista”, declaró el ministro iraquí de Derechos Humanos, Mohamed Shia al Sudani, para quien los actos del EI constituyen una amenaza para Irak, para la región y el mundo.

La ONU espera que estos once investigadores puedan llegar al terreno dentro de algunas semanas, precisó un portavoz de la Alta Comisionada, Rupert Colville. Los enviados deberán recoger pruebas para eventuales acciones judiciales ante un tribunal, como la Corte Penal Internacional (CPI), precisó.

Conforme a la decisión del Consejo, la misión investigadora centrará su trabajo en los hechos ocurridos desde el 10 de junio y en los que se atribuye la responsabilidad al EI.

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Fue a partir de esa fecha cuando los insurgentes lanzaron una gran ofensiva armada sobre Mosul (la segunda ciudad en importancia de Irak), atentando contra objetivos gubernamentales y militares, y provocando miles de víctimas entre los civiles.

La ONG UN Watch lamentó que los investigadores de la ONU no tendrán como misión indagar también los crímenes del gobierno iraquí.

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Ayer, Estados Unidos llevó a cabo otra ronda de bombardeos aéreos contra militantes del EI, que apoyan tropas iraquíes y kurdas, cerca de la estratégica represa de Mosul, en el norte de Irak.

El Ejército iraquí y las tropas kurdas retomaron ayer el control de la ciudad septentrional de Suleiman Bek, ocupada durante dos meses por el EI, y mataron a cerca de 30 yihadistas.

En tanto, el primer ministro británico, David Cameron, anunció ayer planes para quitar temporalmente los pasaportes a supuestos militantes islámicos con el objetivo de combatir la amenaza que representan los británicos radicalizados que vuelven de Siria e Irak.

La propuesta se dio a conocer días después de que Cameron elevó el alerta de terrorismo a su segundo mayor nivel argumentando que el Estado Islámico en Siria e Irak representaba un importante riesgo de seguridad para el país.

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Mientras, el Parlamento alemán avaló ayer por amplia mayoría el envío de armas a los kurdos que luchan contra los yihadistas, un grupo que, advirtió la canciller Angela Merkel, amenaza la seguridad de la región y de la propia Alemania. El acuerdo incluye el envío de misiles antitanque, ametralladoras, lanzagranadas, fusiles de asalto, pistolas y granadas de mano para armar a 4.000 soldados kurdos.

700
Mil iraquíes se han desplazado a la región de Kurdistán.