Los homosexuales podrán inscribir en Ecuador sus "uniones de hecho" en el documento de identidad, pese a que no está reconocido el matrimonio gay, anunció el presidente Rafael Correa este sábado.

"Los colectivos GLBTI (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales) tienen todo el derecho constitucional de registrar en su cédula (de ciudadanía) su unión de hecho", dijo el mandatario durante su informe semanal de labores.

Con esta decisión, que no implica el reconocimiento del matrimonio gay, las minorías sexuales podrán inscribir en su documento de identidad sus uniones de hecho o de convivencia tras su registro ante notario público.

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La autoridad de Registro Civil no le permitía hasta ahora a los homosexuales inscribir sus uniones en el documento de identidad porque no las consideraba un estado civil.

"Si había una duda sobre el derecho a registrar una unión de hecho ya sea de heterosexuales o personas del mismo sexo, ya no queda ninguna duda. Es su derecho", recalcó el gobernante tras tratar el tema esta semana con representantes de las minorías sexuales.

La Constitución ecuatoriana concede los mismos derechos a las uniones de hecho que a los matrimonios civiles o católicos, y a partir de esta decisión los homosexuales ganan más reconocimiento legal.

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Sin embargo, Correa aclaró que "nunca he ofrecido (aprobar el) matrimonio homosexual", como piden los grupos GLTBI.

Correa, un católico de izquierda, ha expresado reiteradamente su oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo, al tiempo que se opone a la adopción de niños por parte de parejas gays.

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"No estoy de acuerdo con la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo, porque creo que la naturaleza algo de razón debe tener y que los niños deben estar en la familia tradicional", dijo Correa en una entrevista en mayo de 2013.

El artículo 67 de la Constitución establece que "el matrimonio es la unión entre hombre y mujer". El siguiente artículo señala que "la adopción corresponderá solo a parejas de distinto sexo".

En agosto de 2013, una pareja de lesbianas emprendió la campaña "Matrimonio Civil Igualitario: los mismos derechos con los mismos nombres", que buscaba legalizar en Ecuador las bodas gay, que ya han sido aprobadas en Uruguay, Argentina, Brasil y en Ciudad de México.