El amor a los animales es característica intrínseca de los veganos y como ejemplo, Emmeline Manzur y Patricia Cobeña, guayaquileñas que emigraron a Canadá y China, respectivamente, adoptaron allí a sus perritos, salvándolos de una muerte segura.

Emmeline se ofreció como hogar temporal de Dewey, un chihuahua de siete años rescatado de una “fábrica de cachorros” o criadero clandestino en Montreal, provincia de Quebec, donde era usado como reproductor junto con otros 80 perros machos y hembras tanto chihuahuas como yorkshire.

Dewey perdió todos los dientes debido al maltrato y descuido, y finalmente fue adoptado por Emmeline, quien se lo trajo a Ecuador. “Él también es un vegano”, afirma entre risas.

Publicidad

En tanto que Golán, un perro mestizo, en parte pekinés, fue hallado casi muerto por una pareja formada por un suizo y una china en las calles del centro histórico de Pekín. Lo alimentaron y fue acogido por un vegano que tenía un refugio para perros, cuenta Patricia. “Un día me preguntó si podía darle un hogar temporal a Golán y como yo estaba pensando en tener una mascota lo adopté, eso fue hace cuatro años y medio. Cuando retorné hace un mes, él vino conmigo y vive con otros dos perros rescatados: Pinky y Susi, esta última fue sacada del estero Salado casi sin vida.