Giselle Ponce se encontraba la mañana del sábado pasado junto a una ferretería en la entrada de la ciudadela Martha de Roldós, en el norte de Guayaquil. Ella se aferraba de su cartera mientras esperaba un bus que la trasladara a la terminal para viajar fuera de la ciudad.

Contó, al igual que otros vecinos, que la zona se ha vuelto insegura debido a la presencia de carameleros que supuestamente “asaltan a transeúntes y consumen drogas”.

Los problemas que aquejan a los habitantes de esta ciudadela, ubicada en el kilómetro 5 de la avenida Juan Tanca Marengo, son notorios aún más en su interior.

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En las denominadas horas pico, el comercio se intensifica y con más notoriedad, el informal. Tablas son usadas como estantes para vender a la intemperie pescados, cangrejos, embutidos, queso, hortalizas y demás productos.

Eso reduce el espacio para los peatones que tienen que bajar a la calle para avanzar; a su vez eso afecta al tránsito.

Germania Valenzuela reconoce que es un peligro “bajar a la calle porque los carros no respetan”. Pide al Municipio que reubique a los vendedores.

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Puestos improvisados de ventas de comida también invaden la vía pública, cerca del parque principal se instala una cocineta con una paila llena de aceite hirviendo. Las personas se aglomeran para comprar fritada. Más de seis carretillas se toman una de las aceras de la calle, en el otro lado de la vía la situación es similar.

A la Martha de Roldós llegan a diario nuevos comerciantes, que ven en este lugar una oportunidad de trabajo. Ketty Mero, vendedora de zapatillas de goma, que hasta enero pasado laboraba en las calles de la ciudadela La Florida, defiende su derecho al trabajo y afirma que al final de su jornada se lleva la basura que genera su actividad.

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“Cuando vengo para acá yo me llevo mi basura”, remarca.

Mirella Yanza, quien tiene un puesto en una plaza ubicada atrás de un centro materno infantil del Ministerio de Salud, espera que se concrete la construcción de un mercado, ofrecido por el Cabildo desde hace dos años. Manifiesta que se enteró hace poco de que hay planes de situarlo en la urbanización Santa Adriana. “Si es así, eso va a ser un fracaso”.

250
comerciantes informales, AL MENOS, laboran en esta zona.

Queja
Ocupación de veredas

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Lavadoras de carros
La habitante Dannis D’ Lucca pidió en un escrito al Cabildo que regule negocios informales que existen en la Martha de Roldós. Se queja por siete lavadoras que ocupan aceras y que supuestamente impiden el paso peatonal.