Cuando había una buena cosecha, los mayas cogían las semillas de chía y las presentaban ante sus dioses como una ofrenda. Los aztecas, en cambio, las usaban para preparados medicinales y nutricionales.

Esta oleaginosa, base alimenticia de estas culturas de América central, ha comenzado a cultivarse con resultados alentadores en tierras peninsulares y surge como una nueva alternativa de exportación.

Las flores violetas de esta planta, que alberga una pequeña espiga de la que se extraen las semillas, crecen a 10 minutos de la comuna El Azúcar.

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Allí, cerca de la represa, Luis Echeverría, un productor que se dedicaba a cultivos de ciclo corto, empezó un emprendimiento ligado a esta semilla ovalada, que tiene una tonalidad marrón oscuro y un tamaño parecido al ajonjolí.

Comenzó con pequeños ensayos hace cinco años y ahora su chía se envía a Estados Unidos. El 95% de la producción que recoge en su plantación de 150 hectáreas se va a ese mercado para ser usado como complemento alimenticio o ingrediente en la industria farmacéutica y cosmética.

Originaria de México, la chía es un grano con una creciente demanda en el mercado internacional por ser una de las mayores fuentes vegetales de ácidos grasos como el omega 3, minerales y fibras.

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Argentina, Paraguay y países centroamericanos venden la chía, a la que se le atribuyen varios beneficios: reducción del colesterol, mejora de la memoria, baja de peso y otros.

Echeverría se ha enfocado en la chía orgánica, cultivada sin químicos. Esta tiene una mejor paga y la tonelada puede costar de $ 6.000 a $ 7.000.

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En la Península, la chía orgánica ha conseguido un rendimiento de media tonelada por hectárea, un nivel que se considera aceptable. En otros países, donde se siembra de manera convencional, puede conseguirse una tonelada.

En los últimos tres años se han exportado desde Santa Elena 368 toneladas de chía, según datos de Agrocalidad.

Mario Chiquito, coordinador de esa dependencia en Santa Elena, cuenta que la chía es uno de los rubros agrícolas orgánicos que se han logrado exportar desde esa provincia.

De hecho, personal de la FDA (Food and Drug Administration) de EE.UU. llegará este mes para hacer inspecciones en las plantaciones de chía.

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La revisión servirá para avalar las prácticas que se ejecutan en el cultivo, explica Echeverría, quien ha realizado inversiones para expandir las instalaciones donde seca y selecciona las semillas.

A más de la Península, también hay cultivos en Los Ríos e Imbabura. Se estima que en estas tres provincias existe una superficie plantada de 500 hectáreas, según un estudio de Pro Ecuador.

El ente promotor de las exportaciones refiere que este cultivo representa oportunidades de negocios, ya que “no se requiere de muchos sistemas complejos de producción” y otros países la han aprovechado como oferta exportable.

Comprador
Mercado en auge

Toneladas
Estados Unidos es uno de los principales compradores de chía. Según Pro Ecuador, la oficina de promoción de exportaciones, ese país importó 55.921 toneladas en el 2013. De ese monto, Ecuador envió 398 t.