Corría el año 1972 y un grupo de trabajadores, encabezados por Eduardo Jurado Game, instalaba el monumento al Sagrado Corazón de Jesús en la cima del cerro del Carmen, en el centro de Guayaquil.

El trabajo era complejo. Se debió crear una línea férrea para que por ahí pasaran los vagones que cargaban las piezas de la estatua, traída de Italia. Eran condiciones desfavorables, pues en ese tiempo no había una calle como la actual ni escalinatas. “Todo era pura tierra”, relata María del Carmen Jurado.

Ella es una de las cinco hijas de Eduardo Jurado Game, fallecido el 2 de febrero de 1991, guayaquileño, de profesión inventor mecánico y cuya obra dejó como herencia a este Guayaquil que hoy vive la Semana Santa.

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“La obra requirió de esa técnica, que era considerada bastante especial en los setenta. Así se instaló la imagen, que hoy nos protege a los ciudadanos”, explica María Dolores, otra de las hijas de Jurado.

Han pasado poco más de 40 años y el legado de Jurado se mantiene intacto. Se trata de una estatua de cobre de 15,6 m sobre una base de 11,6 m.

A ella se llega luego de subir el cerro del Carmen en automóvil y llegar a la altura de Ecuavisa, luego de eso el visitante debe superar los 164 escalones al tiempo que se aprecia las estaciones del viacrucis repartidas en aquel tramo.

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Según María del Carmen, su padre fue seleccionado por el Comité pro Monumento Nacional al Sagrado Corazón de Jesús para que sea el encargado del montaje de la estatua.

“Lo eligieron porque mi padre cobraba poco. A él no le interesaba ganar dinero sino hacer un trabajo con amor, sobre todo si era para Guayaquil, ¡porque él amaba esta ciudad!”, agrega María Dolores.

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María Rosa, la última hija del extinto guayaquileño, refiere que entre las características de su padre se encontraban su creatividad y creencia religiosa. “Era muy devoto a la Virgen María Auxiliadora y al Sagrado Corazón de Jesús; por eso, cuando surgió el proyecto del monumento no dudó dos veces en participar para instalarlo él mismo y dejarlo como legado a su ciudad”, añade la heredera.

Es lunes 24 de marzo y para ellas el día es especial: es la primera vez que suben al cerro desde 1972. María del Carmen –cuenta– era una adolescente de 17 años cuando fue por última vez, mientras se instalaba el monumento. “Me trajo mi padre en ese entonces. Nosotras vimos algunas de las piezas cuando estábamos más jóvenes. Hemos pasado muchas veces por este cerro y de hecho se ve el monumento desde cualquier parte de la ciudad, pero ahora verlo frente a frente es conmovedor e imponente”, refiere.

En 1985 se realizó la ampliación de las escalinatas y se construyeron los sitios de descanso, pero en el 2005 el Municipio de Guayaquil concluyó la regeneración en ese sector. Desde entonces suben cientos de turistas, afirma David Mejillón, guardia del sitio. “Esto, los fines de semana parece Las Peñas”.

Él (Eduardo Jurado) amaba Guayaquil. Todos los 25 de julio se ponía guayabera e incluso escribió un libro que nunca terminó, en honor a la ciudad”.María del Carmen Jurado, hija

Detalles
Monumento

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Horarios
De lunes a miércoles y los domingos se puede visitar la estatua hasta las 23:55, mientras que de jueves a sábado es posible acudir hasta la 01:30. El ingreso es libre.