En Campo Alegre, comunidad a dos horas de Puyo, reside Elena Santi, de 37 años. Allí nacieron sus diez hijos: cuatro varones y seis mujeres. La última tiene cinco meses.

Su esposo la ha ayudado durante los diez partos que ha tenido en su casa. Elena, quien pertenece a la nacionalidad kichwa, admite que no le gusta asistir al médico para dar a luz. “Hay mucha gente y las camillas son incómodas”, asegura mientras espera la salida del bus de la cooperativa Río Tigre que la llevará desde Puyo a su comunidad.

Explica que para las labores de parto utiliza una cuerda atada a una viga del techo de su casa, de la que se sostiene mientras permanece de rodillas en el piso para facilitar el nacimiento. Como Elena, el 70% de mujeres de comunidades de las parroquias Tarqui y Madre Tierra opta por el parto intradomiciliario, afirma Janeth Moscoso, obstetra itinerante de la zona.

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Su cultura, el miedo al ambiente de un hospital, la falta de transporte y de recursos son, entre otras, razones por las que prefiere el parto natural, dice.

Para el Ministerio de Salud, una de las prioridades es reducir el porcentaje de partos intradomiciliarios y evitar riesgos neonatales y maternos. Con ese fin, el 14 de febrero entró en funcionamiento en el Hospital General de Puyo la sala de parto en libre posición con pertinencia intercultural, informa la directora de Salud de Pastaza, Claudia Ávila. Hasta ayer, tres mujeres habían dado a luz en esa área.

Explica que la sala está adecuada para que la mujer en labores de parto cuente con las facilidades que escoja para dar a luz. Por ejemplo, instalaron dos pilares de madera para que la embarazada se sostenga mientras está en forma vertical durante el parto. En esta sala podrán acompañarla familiares y una partera, si lo requiere. La asistencia médica solo intervendrá si se presentan complicaciones, dice Ávila.

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En el 2009, la Dirección de Salud dispuso el funcionamiento de una sala para el parto natural en el Centro de Salud de Arajuno, con mayoría kichwa. Ese año atendieron 35 alumbramientos; en los siguientes, 41, 32, 29 y 23. El MSP considera que aún muchas mujeres prefieren hacerlo en sus casas.

En tanto, la dirigencia de la nacionalidad achuar (NAE), con el fin de fortalecer el “parto culturalmente adecuado”, como llaman al parto intradomiciliario o vertical, hace tres años impulsó el proyecto Jungle Mamas (Madre de la Selva, en español), de la fundación Pachamama. El nombre es en inglés para lograr apoyo económico foráneo, según los achuar. Gerardo Tsamaraint, de la NAE, dice que achuar de comunas interiores prefieren ser asistidas por los esposos y parteras.