Siete minutos se tomó el Superintendente de Información y Comunicación, Carlos Ochoa, para leer un pronunciamiento sobre la resolución que adoptó en contra del caricaturista Xavier Bonilla "Bonil" y del Diario EL UNIVERSO, por la publicación de una caricatura el pasado 28 de diciembre.

En la mañana, la Supercom notificó a EL UNIVERSO con una sanción del 2% de la facturación promediada de los últimos tres meses y a Xavier Bonilla que en un plazo de tres días rectifique.

Para Ochoa,  la finalidad de una caricatura, igual que la de cualquier otro trabajo periodístico es que "no debe ser engañar a las audiencias. No es lo mismo deformar las facciones de una persona, o una cosa, que inventarse la narración gráfica de algo que nunca sucedió en realidad... la caricatura de Bonil fue un acto deliberado de desinformación para forjar una realidad falsa".

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El funcionario dijo que Bonil en su defensa destacó que lo que colocó en el pie de su caricatura fue la declaración del exasesor parlamentario Fernando Villavicencio (cuando allanaron su vivienda la Policía con la presencia de delegados de la Fiscalía y de la Presidencia de la República) por lo que dijo que "todos los que somos periodistas sabemos que cuando se cita a una persona debe señalarse de manera tácita fulano de tal dijo, y poner entre comillas lo que dice la persona".

Sobre la sanción al Diario, Ochoa recordó el artículo 10 de la Ley Orgánica de Comunicación sobre normas deontológicas, que se refiere a las prácticas de los medios, que señala claramente que "deberá asumir la responsabilidad de la información y de las opiniones que se difundan".

"No basta poner (en la página editorial) que no es responsabilidad (del medio) las opiniones que se difundan, dibujan o escriben", leyó Ochoa.

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El superintendente hizo referencia a la Real Academia de la Lengua para detallar un concepto de lo que significa la caricatura y el humor. Pero insistió que "la finalidad de una caricatura o trabajo periodístico no debe ser engañar a las audiencias o afectar infundadamente los derechos de las personas aludidas".

Finalmente, Carlos Ochoa dijo que con la caricatura se desinformó, lo que equivale a producir información falsa, injuriosa, intencional para engañar a las audiencias o lectores... lo que tiene por objeto forjar una realidad orientada a denostar y degradar a quien considera adversario político, social, económico militar ... Usar la caricatura para estos fines es absolutamente ilegítimo, ilegal y antiético".

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"Una imagen vale más que mil palabras, una imagen falsa es más que mil palabras falsas y la  ley es la ley, ni se tranza ni se negocia, se cumple, muchas gracias", refirió el funcionario y no respondió las preguntas de los medios de comunicación.