América Latina se mete con paso firme en la era espacial con el lanzamiento de satélites, el último de Bolivia, en una apuesta estratégica que se ha disparado en los últimos años y cuenta con la colaboración principalmente de China y Rusia.

En una era de globalización de la información y revelaciones de espionaje, poseer un satélite se ha convertido hasta en un tema de soberanía.

"Hay un aspecto de soberanía y de autonomía porque hoy en día para tomar bien decisiones hay que tener la información correcta, suficiente y actualizada, y muchas veces sólo los satélites pueden dar esta información sobre medioambiente o de meteorología o cambio climático o lo que sea", dijo a la AFP Juan de Dalmau, ingeniero de la Agencia Espacial Europea (ESA).

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Por ejemplo, Brasil decidió poner en marcha el primer satélite gubernamental de comunicaciones, el SGDC, tras el escándalo de espionaje desatado por el excontratista estadounidense Edward Snowden.

Expertos estiman que para 2017 América Latina contará con un total de 98 satélites, 26 de ellos nuevos, sólo en el área de telecomunicaciones, según cifras del último Congreso Latinoamericano de Satélites que se celebró en Rio de Janeiro. A estos se suman otros para usos militares y con fines científicos.

Los satélites de telecomunicaciones son clave en una región donde en algunos países solo el 50% tiene acceso a Internet, una cifra que desciende al entre 20 y 40% en algunos casos o incluso el 10% en Haití, Ecuador, Surinam, Honduras y Paraguay, según datos de la Cepal.

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Dos gigantes mundiales compiten por penetrar en el atractivo mercado satelital, dominado tradicionalmente por Estados Unidos y Europa. China, una potencia recién llegada a una carrera especial iniciada fines de los años 1950, ya pisa fuerte en el sector, al haberse convertido en el tercer país después de Estados Unidos y Rusia en posar una sonda en suelo lunar.

El éxito del lanzamiento Tupac Katari, primer satélite boliviano, el viernes, desde la base china de Xichang, confirma las pretensiones de Pekín, que busca dominar el 15% del mercado de la puesta en órbita de estos aparatos a nivel mundial para 2020, según un vocero del programa espacial chino.

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China ya es una de las principales plataformas de desarrollo satelital para América Latina, con colaboraciones destacadas con Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador y Nicaragua.

Por otro lado, Rusia, un histórico actor en el rubro, ha sellado en los últimos años acuerdos de cooperación con Perú, Colombia, Ecuador y México y Cuba.