Ecuador cuestionó el reciente índice anual sobre corrupción de Transparencia Internacional (TI), al considerar que no refleja la percepción de la ciudadanía, así como criticó el financiamiento de ese organismo, según declaraciones de un funcionario divulgadas por la prensa este domingo.

"Lo cuestionamos no porque el porcentaje (de Ecuador) sea bueno o malo, sino porque la metodología es muy general", dijo el secretario de la Administración Pública del gobierno ecuatoriano, Cristian Castillo, en entrevista al diario público El Telégrafo.

Agregó que "las fuentes de información son empresarios y analistas de opinión, no es una percepción de la ciudadanía".

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En el índice de TI difundido a inicios de diciembre, que atribuye puntos de 0 a 100 (donde 0 significa un país considerado muy corrupto y 100 la transparencia total), Ecuador aparece con 35 puntos. Además, ocupa el puesto 102 entre 177 países, por debajo de sus vecinos Perú (83) y Colombia (94).

Financiamiento

Asimismo, Castillo criticó la financiación de TI, con sede en Berlín. "Descubrimos que uno de los financistas de esta transnacional es la petrolera Chevron, con la que Ecuador tiene un litigio por daño ambiental, y ésta utiliza cualquier mecanismo para desprestigiar nuestra reputación a nivel internacional", declaró.

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Ante la pregunta de si la firma estadounidense pudo influenciar en los resultados del sondeo, el funcionario dijo que "no podría afirmar eso, pero me deja la tela de duda esa relación".

Ecuador y la petrolera mantienen una batalla legal tras una sentencia de la justicia ecuatoriana que impuso a la compañía el pago de una indemnización de 9.500 millones de dólares por contaminación ambiental en la Amazonía, adjudicada a Texaco, filial adquirida por Chevron en 2001.

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La transnacional, que denunció graves irregularidades durante el proceso en Ecuador, busca que una corte de arbitraje en La Haya obligue a Quito a asumir la condena por considerar que los daños fueron causados por la estatal Petroecuador.

El país andino acusa a Chevron de llevar a cabo una campaña de desprestigio en su contra a nivel internacional.

En septiembre pasado lanzó una contraofensiva, llamada "La Mano Sucia de Chevron", para denunciar los daños causados por la empresa, a través de las visitas de celebridades a la zona donde operó Texaco, entre 1964 y 1990.