La ceremonia de homenaje a Nelson Mandela dejó indignados a los sordomudos de Sudáfrica que ayer denunciaron al intérprete de los discursos como “un impostor”.

“No tradujo nada, ninguna de sus gesticulaciones tenía sentido”, explicó Delphin Hlungwane, intérprete oficial de la Federación de Sordos de Sudáfrica. El gobierno anunció que había abierto una investigación.

El escándalo por el intérprete es una indicación más sobre la mala organización del servicio fúnebre en un estadio de fútbol. Otras dificultades fueron el transporte público irregular que impidió que muchos pudieran asistir y un sistema de audio defectuoso que hizo que algunos discursos fueran inaudibles para muchos de las decenas de miles de asistentes.

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En tanto, la primera ministra de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt, asumió la idea del criticado autorretrato que tomó junto al presidente estadounidense Barack Obama y el primer ministro británico David Cameron durante el funeral.

“No era algo fuera de lugar. Hubo un montón de fotos tomadas ese día”, dijo.

Ayer, miles de personas desfilaron emocionadas por la capilla ardiente de Mandela, instalada en Pretoria. Por primera vez se vieron imágenes de gente llorando; las fotografías están prohibidas.

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9 días de luto vive Sudáfrica

Miles de personas hicieron fila para decir adiós a Nelson Mandela, cuyos restos mortales yacían en el edificio de Pretoria donde el héroe contra el apartheid asumió su mandato en 1994 como el primer presidente negro de Sudáfrica.

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Varias personas se desmayaron en un día muy caluroso mientras esperaban para ver el ataúd de Mandela, después de que familiares, personalidades extranjeras y famosos presentaran sus respetos en el imponente edificio de Union Buldings, situado sobre una colina desde la que se ve toda la ciudad.

A media tarde, el calor y la falta de agua y de acceso a sanitarios provocaron desmayos y el aumento del mal humor en la fila para despedir al padre de la Sudáfrica democrática.