La incertidumbre sobre la duración del cierre parcial del gobierno estadounidense mantiene nerviosos a los inversionistas, a pesar de que en los mercados prevalece el punto de vista de que el Congreso podrá llegar a un acuerdo que impida el cese de pagos de la mayor economía del mundo.

Unos 800.000 funcionarios federales y decenas de organismos permanecieron inactivos esta semana después que un Congreso agudamente dividido no logró ponerse de acuerdo sobre una financiación a corto plazo más allá del 1 de octubre, en que finalizó el año fiscal.

En un principio los mercados aceptaron sin mayores consecuencias la expiración del plazo y el cierre parcial de los servicios federales no esenciales. Pero la ansiedad de los inversionistas ha aumentado gradualmente al prolongarse el desacuerdo presupuestario entre los republicanos de la Cámara de Representantes y la Casa Blanca.

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Mayor impacto tendrá para los inversionistas el plazo del 17 de octubre para ampliar el límite de endeudamiento de Estados Unidos. De no ser aumentado, el país podría incurrir potencialmente en el cese de pagos de sus obligaciones, lo que podría anular la recuperación económica global y privar al dólar de su posición como divisa mundial de reserva.

El Fondo Monetario Internacional y el Departamento del Tesoro estadounidense ya advirtieron de las nefastas consecuencias que todo ello tendría.

En Europa, las transacciones permanecían casi sin cambios. El índice británico FTSE 100 subió un 0,1%, y cerró en 6.458, mientras que el DAX alemán avanzó 0,3% a 8.622,97. En París, el CAC-40 ganó un 0,9%, a 4.164,25.

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En Asia, el Nikkei japonés bajó un 0,9% a 14.024,31, mientras que en Hong Kong el Hang Seng retrocedió un 0,3%, a 23.138,54. En Corea del Sur el Kospi bajó un 0,1%, a 1.996,98.